Cruzo las puertas de cristal del hospital como una bala.
La llamé a papá y éste le aviso a mamá. Ambos ya están en camino.
En la recepción trato de decir, entre tartamudeos y balbuceos, que vengo a ver a Margareth Sousa.
— Si, acaba de ser ingresada al quirófano. — dice la chica tras verificar en el monitor — Puede esperar en la sala, segundo piso a la derecha. —
Se lo agradezco y vuelvo a salir disparada al segundo piso.
Mentalmente, ruego por la salud de mi tía y la de su bebé.
Es absurdo, hace unas horas disfrutábamos de una cena agradable con la mitad de la familia y al segundo se volvió una tragedia.
Entro en la sala y me encuentro con mi tío.
Está sentado en un rincón con la cara hundida en sus manos.
— Por favor, esteja bem. Que meu bebê esteja bem, que minha esposa esteja bem. Eu os amo, eu amo os dois igualmente... — lo escucho decir.
Me acerco con cuidado y me siento a su lado.
Se da cuenta de mi presencia y levanta la cabeza para verme. Tiene los ojos rojos y la cara hinchada.
— Dicen que perdió mucha sangre. — susurra. La voz le sale como si le faltara el aire.
— Todo estará bien. — le digo, pasando mi mano por su espalda.
— Si ella me hubiera escuchado... ahora estaríamos en casa, mirando su serie favorita mientras yo le acaricio su enorme y hermosa barriga. — dice mi tío con la mirada perdida en el suelo — Pero es tan terca. El médico le dijo desde un principio que tenía que hacer reposo. —
— ¿Por qué? —
— Era embarazo de riesgo. Tuvo un intento de aborto en el segundo mes de embarazo y casi me muero. — responde.
Me quedo en silencio procesando esta nueva información.
Nunca nos lo dijeron. Y no creo que haya sido necesario llegar hasta este punto para que nos enteremos. Podrían habernos dicho y sé que todos hubiéramos ayudado.
Pero mi tío no se equivoca en cuanto a que Margareth es una mujer terca.
Varias veces la he escuchado decir la frase "no estoy invalida, estoy embarazada".
Nos quedamos en silencio, observando cómo la gente entra y sale de la sala. Algunos felices, otros angustiados, y otros con lágrimas en los ojos.
Alonso no pone atención en ninguno. Tiene la vista fija en la puerta por la que supongo fue ingresada Margareth.
— ¿Quieres que te traiga algo de la cafetería? — le pregunto cuando me pongo de pie. El nudo constante que tengo en la garganta me dio sed.
— No, gracias. — contesta sin mirarme.
Frunzo los labios para no decir nada y salgo de la sala de espera.
De camino a la cafetería tengo un escalofrío que me recorre toda la espalda, lo he tenido desde que Margareth salió de la casa. Supongo que son los nervios por la situación. Lo ignoro y sigo caminando.
Unos minutos más tarde estoy haciendo fila en la caja para pagar.
He comprado un agua mineral para mí y un café cargado para Alonso.
Pago y vuelvo a la sala. Donde me encuentro con toda mi familia, a excepción de Dean, Alice y los demás pequeños de la familia.
Me acerco a mi mamá para abrazarla.
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Muerta en vida
Science FictionVictoria Elizabeth Williams tiene una vida comoda y de la que no se queja. Familia amorosa, un prometido al que ama y él a ella, amigos y un trabajo fijo son algunas de las cosas que conforman esa vida feliz. Damian Black viene a buscar a Victoria...