14 de Noviembre de 2017.
Ya pasó tiempo desde el regreso de Frank, de esa noche apasionada y del desayuno romántico y todo lo demás. La verdad es que ha sido así todo este tiempo, atento conmigo. Nuestra pelea quedó en el olvido, al punto de mudarme con él.
Fue difícil dejar mi antiguo departamento. Demasiados recuerdos.
Pero también significaba un avance.
Avanzar…
Que irónico suena eso para mí.
Esa es otra razón por la cual me mudé con Frank.
La cosa es que estuve muy deprimida los días siguientes a nuestra reconciliación. Bebía cuando volvía del trabajo, para que no me viera. Cuando él llegaba, me abalanzaba sobre él y hacíamos el amor. Después, esperaba a que se durmiera, lo besaba en la mejilla, le susurraba cuanto lo amaba y me iba a la sala, a seguir bebiendo y llorando hasta quedarme dormida.
Cuando me encontró por cuarta vez en el sofá por las mañanas, Frank decidió que me fuera a vivir con él. Ya se estaba quedando en mi casa por mi estado, pero como su apartamento es más grande y mis cosas eran pocas, decidimos por el de él.
Me gusta su apartamento.
Es en un vecindario tranquilo, es espacioso, cálido.
Tranquilidad y calidez, es justo lo que necesito en este momento, y es por eso que adoro el lugar. Pero mucho más al dueño.
Como ya dije, es un lugar amplio. Tiene tres habitaciones. Una es en donde dormimos, la otra es el cuarto de huéspedes y la última es en donde tiene una especie de despacho.
Las paredes son de color verde oscuro y todos los muebles son madera. Hay cuadros colgados, algunos hechos por mi suegra (a la cual casi nunca veo porque vive en Irlanda), los sillones son color beige y el televisor está empotrado en la pared.
La cocina es todo un sueño, para alguien a quien le guste cocinar como a Frank. Por mucha tecnología que tenga, no es mi fuerte.
Todo es perfecto.
Pero no fue la solución, aún sigo con la bebida. La única diferencia es que no me voy al sofá. Lloro en silencio, y me acurruco más contra él.
¿Por qué de mi depresión?
¿Cómo debe seguir uno después de enterarse de que se va a morir en cualquier momento, sumándole el hecho de que la muerte está encariñada con una?
Es para volarse los sesos.
Ahora estoy saliendo de una junta que tuve con Leslie y su equipo.
Una junta de emergencia.
Lo que pasó es que se va a entrevistar a una importante economista. En realidad a varias, como forma de resaltar el papel de la mujer (o la voz de la mujer) en la economía. Esa es la idea para la próxima revista de We$t.
El problema fue que una de las fotógrafas no va a ir, tiene neumonía o algo así. Es por eso que, sabiendo que hice un curso de fotografía, mi jefa me pidió de última hora que yo me encargue. Porque confía en mí capacidad y además que todos los otros ya tienen tareas asignadas.
Me dio los horarios y todo.
“Estarás ocupada” dijo Leslie con una sonrisa maternal.
Si, en el trabajo también se dieron cuenta de que Victoria Williams se está apagando.
Otra ironía.
Estúpido salón de las velas.
He adelgazado un par de kilos, pero no de una forma alarmante. Serán dos, creo. Lo que realmente preocupa son mis ojeras y palidez. Incluso mi pelo es un desastre, y eso que lo arreglo.
En cuánto a Gill, no la he visto en un tiempo. Sólo para el día de la mudanza y, por pedido mío, no dijo nada y se limitó a empacar todo. Después no volví a verla, pero hablamos por mensajes de texto. Se la “lee” feliz.
Camino por los pasillos revisando las hojas con los horarios para la entrevista, los materiales que preciso y las preguntas. (No sé por qué me dio eso último).
Paso frente a la oficina de mi mejor amiga y se me ocurre pasar a saludarla.
La puerta está cerrada pero no me molesto en golpear, paso directamente, nunca tuvimos que hacerlo. Y cuando lo hago, me arrepiento de no haberlo hecho.
Me quedo de piedra cuando mis ojos ven la… ¿apasionada? Escena de la de recursos humanos sentada sobre su escritorio, besándose descontroladamente con uno de los periodista, que está de pie entre sus piernas.
En otras palabras: Gill teniendo un fogoso encuentro con Jake Murphy.
¡Madre santa!
— ¡Ay, Dios mío! — chilla Gill al darse cuenta de mi presencia.
Se baja de un salto de la mesa y se abotona la camisa. Jake no me mira pero está rojo, no sé si de vergüenza o por su acalorado encuentro. Se disculpa y se va.
Gill se queda de pie frente a mí con la respiración agitada. Una vez que se estabiliza, habla.
— Él… yo…
— ¿Creí que había sido un idiota contigo? — la interrumpo. No entiendo nada.
— Lo había sido pero… ahora es mejor.
— ¿Cuándo pasó?
Gill se sorprende ante mi pregunta. Me ve como si hubiera dicho que la tierra es plana.
No comprendo.
— Si estabas. — dice ella con el ceño fruncido.
Ahora estoy más confundida. Trato de hacer memoria, pero no hay nada.
— ¿En serio? — pregunto.
Gill pone los brazos en jarra y me ve por unos seriamente por unos segundos, antes de estallar a carcajadas. Eso no hace más que confundirme más de lo que ya estoy.
— ¿De verdad no lo recuerdas? — dice en medio de la risa — Dios, Vick. Entonces estabas más borracha de lo que me temía.
¿Yo estaba qué?
Al ver mi cara, se apiada de mí y procede a explicarme.
— ¿Recuerdas cuando la última vez que salimos? — me pregunta.
— Ya hace un mes de eso. — respondo, con un pinchazos e culpa por abandonar tanto nuestra amistad.
Dios, apesto como novia y como amiga.
— Y citando tus palabras en un alto estado de ebriedad dijiste que él quería caerte bien para quedar bien conmigo, y que yo me iría acompañada esa noche.
— ¿Yo dije eso? — pregunto, impresionada.
¡Qué vergüenza!
Gill se ríe mientras toma asiento en su silla detrás del escritorio. Me siento como una alumna en la oficina del director, repasando su mal comportamiento.
Ella menciona que me sonrojo y yo me cubro el rostro con las manos. Lo bueno es que al menos ahora sé que tengo algo de color.
— No sigas. — ruego.
— ¿Bromeas? Me lo estoy pasando bomba.
Es una…
>> Siguiendo con la historia, tú te fuiste con ese sujeto que supuse que no debo decir nada a Frank… — insinúa mirándome de reojo.
Niego, al mismo tiempo que aclaro que no pasó nada. No le cuento que casi me violan y que si no fuera por Damian ahora estaría muerta en alguna alcantarilla. Pero si le digo que le tipo fue un imbécil del cual me libre a los dos segundos de salir.
— Me alegra escuchar eso. — dice Gill con evidente alivio — Bueno, la cuestión es que si me fui a casa acompañada por el sujeto que estaba conmigo, el que viste. Y ese sujeto no era otro que Jake Murphy.
Abro la boca y vuelvo a cerrarla. Repito esto muchas veces.
¿Y salieron todo este tiempo y yo no me enteré de nada por estar revolcándome en mi desdicha?
Gill parece leer mis pensamientos y responde que si, que están saliendo hace tres semanas. Y que lo que acabo de presenciar hace unos minutos, no es nuevo, les pasa seguido.
Quiero vomitar.
Y lo hago, en su papelera.
— Tranquila. — murmura ella, sujentando mi cabello para que no se manche.
Ahora quiero llorar, no la merezco como amiga.
La de cosas que habrá querido contarme, el chusmerío (como ella lo llama), hablar hasta tarde de esto, mandarme sus conversaciones… si, eso es lo que hace cuando le gusta un chico. No para de hablar de eso.
Me siento una mala amiga.
— Oh, Gill… — digo una vez que me estabilizo.
— Shhh… tranquila. — dice abrazándome.
Me dejó caer en sus brazos.
De repente las lágrimas salen.
— Soy una pésima mejor amiga.
— No lo eres. — dice ella.
— No te puse atención.
— No estabas bien. Y sigues sin estarlo.
Me conoce demasiado bien. La estrecho aún más entre mis brazos.
— Lo quiero, Vick. — murmura sobre mi hombro — He llegado a conocerlo y realmente lo quiero. Y el sentimiento es correspondido. Lo sé, me lo dijo.
Me aparto para verla. Se nota su enamoramiento en sus ojos.
— ¿No es algo temprano? — le pregunto.
Ella sonríe y niega con la cabeza.
— Y si no nos lo decimos ahora, ¿Cuándo? La vida es corta Vick.
Frunzo los labios ante su elección de palabras.
La vida es corta…
Claro que lo es.N/A: ¡I'M BACK BITCHIES! ¿Cómo están bellezas?
Espero que mejor que Victoria.
Pero, ESPEREN, NO SE VAYAN NO SE VAYAN ;)
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Muerta en vida
Fiksi IlmiahVictoria Elizabeth Williams tiene una vida comoda y de la que no se queja. Familia amorosa, un prometido al que ama y él a ella, amigos y un trabajo fijo son algunas de las cosas que conforman esa vida feliz. Damian Black viene a buscar a Victoria...