07 de Octubre de 2017
Abro los ojos y dolor punzante me atraviesa la cabeza, cosa que me hace cerrar los ojos inmediatamente.
¿Dónde estoy?
Esperen… anoche estaba…
— Ay, no… — murmuro tapándome la cara con la almohada ante la vergüenza.
Engañé a Frank.
Un sollozo se escapa de entre mis labios y de un segundo a otro ya estoy llorando desconsoladamente. Soy un asco de persona. No comí, me emborrachen, baile y bese a un sujeto que no era mi prometido y encima al parecer me acosté con él. ¡En mi cama!
Me hago una bolita en la cama para seguir llorando.
Unos segundos después, escucho la puerta principal abrirse y luego los pasos acercándose.
Oh, Dios. Está en mi casa.
Me cubro con las sábanas y me hago la dormida.
— Victoria… ¿Estás despierta? —
Abro los ojos de golpe.
— ¡¿Qué mierda estás haciendo aquí?! — grito arrojándole lo primero que encuentro en la mesa de luz. Que resulta ser el radio despertador.
El muy bastardo lo esquiva. Por eso tomo una almohada, la atrapa en el aire. Tomo un cepillo, lo esquiva, tomo la lámpara…
— ¿Puedes tranquilizarte? — dice casi a los gritos.
— No Damian, no puedo tranquilizarme cuando la única… cosa que no quiero ver en mi vida está en mi casa. — chillo histérica.
— Te traje algo para el dolor de cabeza. —
¿Cómo sabía que me dolía la cabeza?
Ah, cierto.
— No quiero. —— No seas una niñita y toma. — me ordena, tendiendome un vaso de agua y las pastillas. No sé cuando las dejó allí.
De mala gana, me meto la pastilla en la boca y luego tomo todo el vaso de un solo trago. Todo, sin apartar la vista de él, quien tampoco se pierde de mis movimientos.
Es atractivo el bastardo.
— El desayuno está listo. — dice dándose la vuelta — Te dejo para que te prepares… —— ¿Por qué Damian? —
La pregunta lo hace volverse hacia mí.
— No comprendo. — murmura.
— ¿Por qué haces esto? — digo señalandonos — ¿No era que me querías muerta? —
— En primer lugar, no soy yo quien lo quiere. No pasa por mí. — responde caminando hacia mí. Por suerte la cama nos separa — Y en cuanto a tu pregunta, lo hago porque anoche casi te violan si yo no hubiera llegado. —
— Tu no tienes la culpa de eso. —
— Si porque el tipo no te iba a dejar ni llegar a la esquina. —
Abro los ojos de más ante la sorpresa.
— ¿Te das cuenta de lo horrible que suena — digo cruzandome de brazos — Estás diciendo que querías matarme de la peor manera...
>> No te entiendo. — agrego con la voz quebrada por las lágrimas que comienzan a rodar por mis mejillas. Me las seco con el dorso de la mano.
El suelta el aire y mira hacia el costado, como si la respuesta estuviera allí.
— Es difícil. — empieza — Es difícil que lo veas por ser quién soy. Porque me conoces. El resto no tuvo esa oportunidad. —
— ¿Es que hay otra manera de verlo? — digo aspirando por la nariz.
— Si la hay. —
— Entonces muéstrame. — sentenció — Hazme entender. —
Y sin verlo venir, me besa. Me besa con ternura, todo lo contrario a lo que yo siento. Pero de algún modo, mi cuerpo se relaja en su brazos, y todo se vuelve blanco.N/A: Wowowowowowo ¿qué pasó?
Muy buenas tardes damas y caballeros. Vengo con muy buenas noticias:
Como habrán visto en la descripción de esta historia, somos puesto #14 en la categoría Renacer.
Jamás pensé que llegaría tan lejos, y lo logré de la mano de ustedes.
Un beso del tamaño del Times Squere y como siempre, nos leemos en los comentarios.

ESTÁS LEYENDO
Muerta en vida
Science FictionVictoria Elizabeth Williams tiene una vida comoda y de la que no se queja. Familia amorosa, un prometido al que ama y él a ella, amigos y un trabajo fijo son algunas de las cosas que conforman esa vida feliz. Damian Black viene a buscar a Victoria...