Capítulo 16

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6 de Octubre del 2017.

La música resuena por todo el lugar.

Abro los ojos tras haberme tomado mi décimo shot de tequila y me encuentro con la imagen de Kate, bailando sensualmente, abrazada a un tipo que nos presentó en la entrada como su amigo.

Sí, claro...

Más allá, se encuentra Gill con otro chico que la invitó a bailar. Está fabulosa con su vestido dorado brillante, con unos breteles finísimos, largo hasta la mitad de los muslos.

Con sus tacones puestos, le llega hasta el mentón del chico.

— Por Frank. — digo tomando mi décimo primer shot. Sólo que esta vez es de Vodka puro. Creo.

Me encuentro sentada en la mesa, sola, en la que se supone que sería una noche de chicas “super divertida”. Y vaya diversión la que estoy teniendo siendo la ebria amargada a la que nadie saca a bailar.

Pero que se puede esperar tras enterarte de que la muerte va tras de ti.

— En estos momentos me haces tanta falta Frank. —

Es la verdad. Lo extraño, aún cuando faltan dos días para verlo de nuevo, lo extraño como nunca. Jamás habíamos estado separados tanto tiempo.

—Todo por su estúpido trabajo. — gruño.

Bebo otro shot dedicándoselo a mi trabajo. Por no ser un entrometido en mi vida personal.

Al ver que me quedan pocos, le hago señas a la camarera para que me traiga más. Al mismo tiempo que Gill se acerca a la mesa.

— Del uno al diez ¿Cuánto? — me pregunta. Es lo que hacemos para corroborar que tan ebria está la otra. Me pongo de pie y casi caigo sobre ella cuando trastabillo con mis fabulosas sandalias de tacón plateadas — No necesito que me contestes. — dice ella ayudándome a bajar la falda de mi corto vestido negro. Igual de brillante que el de ella. Sólo que el mío tiene un escote en V que deja poco a la imaginación.

—Estoy bien. — digo pasándome las manos por el pelo.

— ¿Quieres que llamemos a alguien para que te vengan a buscar? — pregunta el compañero de Gill. No me había dado cuenta de que estaba allí.

— Oh, que dulce… quieres caerme bien para que puedas llevarte a Gill a la cama. Eres tan tierno conmigo para que ella vea lo que puedes llegar a ser con ella. —

—Vick, callate. — me reprende Gill.

— Me parece que te irás con compañía está noche. — susurro para que el chico no nos escuche.

Gill me fulmina con la mirada pero me importa una mierda.

Y de repente, al pensar en que ella tendrá compañía está noche, pienso en que yo no. No tendré a nadie. Y puede que incluso muera por eso, y por eso, me largo a llorar.

Gill me abraza cuando ve que las piernas me flaquean y yo lloro en su hombro.

— ¡Estoy sola! — digo entre sollozos — Frank no está y yo quiero que el me abrace y que me diga que todo está bien. Que todo es mentira y que viviremos muchos años hasta que la muerte nos separe. —

— Shh… tranquila, Vick. — intenta calmarme mi mejor amiga — Verás que así será. —

— ¿Tu crees? — digo apartándome un poco para verla a la cara.

—Si, y verás que tendrán hijos de los cuales seré la madrina y compañera del crimen sólo para fastidiarte. —

—Que bonito que me digas algo tan tierno. — respondo antes de abrazarla de nuevo.

Muerta en vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora