Es curioso.
Es curioso como las personas ignoran algo tan predecible como la muerte, gastando energía en algo tan efímero como la vida.
Es curioso como Victoria me ignora, a pesar de que le he dado el regalo más querido por el ser humano: tiempo.
Estoy en su habitación, sentado en los pies de su cama. La luz de la luna, mi vieja amiga, se cuela por la ventana, resaltando la palidez de la piel de la muchacha que se encuentra dormida en la cama.
Sería tan sencillo.
Será tan sencillo.
Eso es lo que me prometieron, pero no. Nada es lo que parece, y son pocos los que corren con la suerte de poder decir lo contrario.
Victoria se da vuelta para abrazar a Franklin Evans, quien se encuentra durmiendo a su lado, ignorando el destino de su prometida. Siendo feliz en su ignorancia. Involuntariamente, él deja caer su cabeza hacia un costado, sobre la sien de ella. Ambos desnudos.
La imagen me conmueve. Hace mucho que no pasaba.
Diana y yo solíamos dormir así.
****
Victoria está en la ducha tras haber despedido a Franklin Evans.
Es algo mágico escucharla cantar. No lo hace mal, pero tampoco es una cosa digna de un premio. Sino me equivoco, la canción es The times of our lives.
Estoy sentado nuevamente a los pies de la cama de la feliz pareja. Observando detenidamente el vestido de novia que cuelga en la puerta de su armario.
Te verás hermosa.
Me pongo de pie y camino hasta quedar frente al vestido blanco.
Rozo la tela con la gema de los dedos y una sensación espantosa amenaza con estrangularme.
— Los declaro marido y mujer.
— No, no es tiempo suficiente para mí.
— Déjame ir, por favor, déjame ir.
— Señor Black, debe irse.
Las imágenes se reproducen en mi cabeza, como una película, como si hubieran sido ayer.
— ¿La veré?
— No.
— No importa, tampoco puedo seguir así.
La puerta del baño se abre y Victoria chilla al verme.
— ¿Es mucho pedir que te anuncies? — gruñe, acomodándose mejor la toalla para que no se le vea el busto.
— ¡Victoria! — digo con una voz más gruesa y tenebrosa — ¡He venido a visitarte, yo, la muerte!
Eso logra sacarle una carcajada. Y toda sensación previa es eliminada.
Tal vez, no todo está perdido para mí.
— ¿A qué se debe está visita?
Sus ojos verdes me inspeccionan, como si alguna parte de mi cuerpo se vería la respuesta. Me siento terriblemente expuesto, cosa que no pasaba desde hace mucho tiempo. La misma cantidad de tiempo que estoy esperando por ella.
— ¿Sabes lo que son ángeles? — le pregunto.
— Mmm… ¿No son unas criaturas de forma humana que tienen alas? — responde con el ceño fruncido.
Su respuesta me hace reír. Pero no, eso no es un ángel, al menos no es a los que me refiero.
— Tu boda es en tres días. — digo mirando su vestido — Y me gustaría saber si estás dispuesta a convertirte en uno. En un ángel.
Volteo a verla y me sobresalto al ver que de la impresión se le cayó la toalla.
Cuántos cuerpos desnudos he visto, y ninguno me afectó tanto como ver a Victoria.
Me acerco y tomo la toalla del suelo para colocársela alrededor de su cuerpo.
Cuando mis dedos rozan su piel, ella tiembla.
Lo siento, pero mi temperatura corporal siempre es baja.
Retiro mis manos pero ella las atrapa entre las suyas.
— ¿Qué significa ser un ángel? — Murmura, sin apartar la vista de nuestras manos entrelazadas.
— Significa que estarías conmigo, para la eternidad. Y llegado el momento, puede que me reemplaces.
>>Pero… yo jamás permitiría eso.
Simplemente, no quiero más estar solo. Y solo me lo puedo permitir una vez, y ella es la elegida.
Sin verlo venir, Victoria me besa. Ella me está besando. Pero no de una forma violenta, sino que todo lo contrario.
Cierro los ojos para saborear este momento.
— Te amo.
— No lo haces.
— Dime que también me amas.
— Lo hago. Pero cómo seguir haciéndolo después de que me pides eso.
Las imágenes me golpean la memoria. Temeroso de estas sensaciones aparto a Victoria de un suave empujón.
Tengo la respiración agitada.
— ¿Por qué hiciste eso? — pregunto.
— Parecías necesitarlo.
No está tan equivocada. Pero no es como lo quiero.
Me acerco de nuevo a ella y pongo una mano en su mejilla.
— Solo piénsalo.
Y me voy.N/A: Buen domingo bellezas mías.
Cada vez más cerquita del final, ¡Que nervios!
Como siempre, un beso grande como el "Alcón milenario" y nos leemos en los comentarios.

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Muerta en vida
Sci-fiVictoria Elizabeth Williams tiene una vida comoda y de la que no se queja. Familia amorosa, un prometido al que ama y él a ella, amigos y un trabajo fijo son algunas de las cosas que conforman esa vida feliz. Damian Black viene a buscar a Victoria...