Capítulo 1

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  Y otra vez eran las tres de la mañana y yo estaba despierto gracias a mis malditas pesadillas, mis pesadillas eran sobre mi mayor miedo: la muerte. Desde que mi madre murió, hace 2 años, la mayoría de las veces amanezco así…

  Básicamente mi madre lo era todo; ya que nunca conocí a mi padre, ella cumplía los dos roles y era lo único que tenía. No tengo hermanos, ni ningún otro familiar que yo conozca, no soy sociable en el colegio, así que tampoco tengo amigos. Aparte de mi perra Sam, ella lo era todo.

Ella murió asesinada un martes 25, yéndome a buscar a la escuela; y desde aquel oscuro día le tengo un increíble miedo a la muerte.
  Yo estaba en el escalón de las escaleras del colegio, esperándola como de costumbre, cuando una patrulla de policías se bajó del auto.
  -¿Tú debes ser Josh Ryan, o no?-dijo uno de ellos señalándome con la cabeza.
  -Sí.-respondí sorprendido sin decir otra palabra.
  -¿Conoces a Susan Edwards?
  -Ella… ella… es mi madre.-respondí dudando. -¿Qué está sucediendo?-pregunté ya un poco más exaltado.
  Los policías se miraron, y se volvieron a mí.
  -Tu madre fue asesinada.-respondió el otro policía, poniendo su mano en mi hombro, como apiadándose.-La encontramos tirada en el suelo a cuatro cuadras de aquí, con un cuchillo en el corazón. Creemos que fue un robo pero no podemos confirmar eso todavía. ¿Podrías venir a identificar su cuerpo?
  En mi opinión, no podían decirle esto a un adolecente de apenas 14 años. Tanta violencia en sus palabras, cuantas veces me levanté llorando con estas palabras grabadas en mi mente.
  Me pregunto si no se les hacía un nudo en la garganta al decirle a la gente que la persona que más amaban había muerto y ya nunca volverían a verla. Porque a mí si se me hizo un nudo en la garganta cuando me lo dijeron.
  Pero nada de esto se compara al dolor que sentí cuando me hicieron ir a identificar el cuerpo. Verla allí, inmóvil, sin vida, me destrozaba el alma. Ella merecía una mejor vida…

  Cuando murió, me dijeron que tenía que ir a un orfanato pero todos saben que los niños que hospedan en los orfanatos no son felices, y esos niños me harían acordar demasiado a mi madre ya que ella era depresiva. Siempre estaba en su cama comiendo o leyendo o simplemente llorando. Es más, a veces creo que la única razón por la cual ella no se suicidó, era yo. Eso a veces me pone feliz porque significa que ella me quería demasiado, y a veces me pone triste porque ella debe haber sufrido bastante en esta vida, y encima tuvo la responsabilidad de seguir viva no porque ella quisiera, sino para que yo no quedara devastado. Pero la única que quedó devastada fue ella.
  La decisión que tomé fue que antes que ir  a un orfanato e interactuar con gente que me haga acordar a mi madre… iría a trabajar.
  Fui a hablar para que el Estado me dejara vivir solo… y tuve que hacer mucho papeleo, porque la verdad no es muy normal que un adolecente viva solo, o mejor dicho con su perra. Pero por fin hace un año, familiares lejanos que no viven aquí y no sabía que existían, me pagaron un departamento para vivir. Lo único que el Estado quería, era un orden. Si yo seguía sus reglas, todo estaría bien. Sólo eran tres: 1- tendría que ir al psicólogo, 2- yo me pagaría todo lo que hiciera y 3- nada de fiestas  en la casa. Con esta última no había problema, a menos que tomar helado y jugar videojuegos con tu perra se considere una fiesta.
  Para poder pagarme la comida, la ropa y el colegio trabajo en una empresa de comida rápida. Aunque me parece idiota trabajar toda la semana para pagar algo que odio.
Si fuera por mí no me pagaría el colegio y no iría, pero lamentablemente me obligan a ir. En la escuela no hablo con nadie, hago tarea todo el tiempo y en los recreos leo. Pero eso no es lo malo, lo malo es Paul; un chico un año mayor que yo y que me odiaba. En la primaria todos los días llegaba llorando a casa gracias a él. Pero al menos para ese entonces, ella estaba allí para consolarme, decirme que mañana iba a ser un buen día, que ya iba a pasar, pero ahora hasta eso me quitaron.
  E hiciera lo que hiciera siempre habían dos posibles resultados: que terminara mal o que terminara MUY mal.

  Estuve disfrutando estos hermosos 2 meses de descanso que tuve pero se me pasaron demasiado rápido. Yo quería seguir yendo a caminar con Sam, ver películas, leer novelas, lo que sea era mejor antes que ir a ese infierno. Pero ese horrible día llego.
Bueno tan solo me quedaban 2 años de escuela y ya podría irme y hacer mi vida, pero mañana cuando me levantara, tendría que ir al colegio…

De eso se trata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora