Depende mi estado de ánimo era lo que escribía. Solía escribir novelas de ciencia ficción, poemas o simplemente frases motivadoras. Pero la verdad era que nunca estaba conforme con los escritos.
“…y aunque ya le hayas dado tu corazón a esa persona, aunque creas que es la indicada, es muy difícil darse cuenta que en serio lo es…”
Terminaba de escribir, lo leía unas veces e inmediatamente lo borraba. Era el mismo proceso siempre, hasta que me cansaba de borrar y dejaba lo último que había escrito, cerrando la computadora y yéndome a dormir, un poco más frustrado de lo que estaba.
Muy pocas veces quedaba conforme. Pero cuando lo hacía me sentía orgulloso y necesitaba, sí o sí, mostrárselo a Jennifer. Ella me felicitaba, y me motivaba a enviar los escritos a alguna editora para probar suerte. Aunque, obviamente, nunca lo hacía.
“…es muy difícil ya que no sabes si jugará contigo o vivirá a tu lado. No sabés si es una persona más o tal vez el amor de tu vida.”
*Borrar*
Comencé devuelta, un poco cansado.
*Borrar devuelta*
“Hay tan pocas personas que en verdad valen la pena que el momento en el que tienes frente a ti a una, es maravilloso. Lo único que espero es que cuando te des cuenta que esa persona es especial, no sea demasiado tarde.”
Escribí para sacarme el estrés y el aburrimiento y terminé cuatro veces más estresado. De todos modos, el miércoles se lo mostraría a mi psicóloga para ver qué opinaba.
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De eso se trata.
Novela JuvenilJosh tiene 16 años. Su madre muerta y un padre que no conoce. Tiene que empezar las clases con Paul, su acosador. Y su único amigo es Sam, su perro. 16 años, tanto dolor, tanto sufrimiento... tanta mierda. Pero bueno de eso se trata la vida, ¿no?