Desde que el sombrero seleccionador se posó sobre la cabeza de Draco Malfoy se supo que era un digno Slytherin. Su familia de magos oscuros y prestigiosos con su linaje fue la principal fuente de inspiración para la crueldad contra los
que él consi...
Hoy llegó el día del primer partido de Quidditch que jugaría en mi vida. Muchas cosas pasaron por mi mente cuando desperté, había tenido pesadillas por lo que falté a la primer clase para descansar un poco más. Harry lucía muy tranquilo, demasiado diría yo. Todos los miembros del equipo nos pusimos nuestros uniformes y nos reunimos en la mesa de Gryffindor en el gran comedor para tomar nuestro almuerzo.
—Miren que nervioso se ve Ron —gritó un alumno de Slytherin desde la mesa. Ron palideció y no movió ni un músculo. Yo no me veía mejor que él sin embargo, Hermione me había servido una gran ración de comida en el plato que no podía ni siquiera respirar-
—No los escuches, Ron —intentó animar Hermione, a pesar de que ellos dos no hablaban mucho últimamente.
—Granger tiene razón, Ron, ni siquiera los escuches —le pidió Ritchie, mientras se sentaba a mi lado —. Oye Dementy, debes comer eso o te desmayarás en pleno partido y una bludger te hará perder varios dientes. Te lo juro, ha sucedido más veces de las que me creerás.
—Si eso era para tranquilizarme, debo decirte que no ha funcionado —le respondí —. ¿Por qué tan tranquilo, Ritchie?
—No estoy para nada tranquilo, pero tal vez te ayude si lo pretendo —me dijo él riendo.
—Ron, bebe esto ahora —le pidió Harry. Ron observó el vaso de jugo de calabaza y lo bebió completamente de un solo sorbo. Hermione miró extrañamente a mi amigo, quien guardó nuevamente la botella de Felix Felicis en el bolsillo de su túnica de Quidditch.
—¿Estás loco, Harry? Podrían expulsar a Ron y a ti del equipo si lo descubren —lo regañó, mirándolo desaprobadoramente.
—¿Pusiste suerte líquida en mi vaso? —murmuró Ron y Harry asintió. Inmediatamente Ron estaba más tranquilo, infló el pecho y se puso de pie festejando.
—¡Vayamos ahora! —gritó Dean Thomas tomando iniciativa. Todos los del equipo nos pusimos de pie y comenzamos a correr fuera del Gran Comedor para llegar hacia el campo de Quidditch.
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El campo de Quidditch se sentía helado. El viento volaba la capa de mi uniforme, mientras que por el frío y las nevadas tempranas el pasto se había quedado cubierto por capas de nieve que lo hacían ver de un color plateado y brillante. El cielo estaba nublado y algunas lloviznas se sentían en el rostro, pero todos estábamos emocionados.
—Bien, hemos estado practicando. Recuerden respirar, relajarse y romper... bueno, darles el mejor partido que todos podamos hoy —gritó Harry, mientras más gente comenzaba a llenar las gradas del campo.
—¡Vamos a romper traseros de serpientes hoy! —gritó Ginny, y todos los miembros acompañamos con gritos enérgicos dándole la razón y con risas escandalosas. Montamos en nuestras escobas y nos pusimos en nuestras posiciones. Ron volaba de un lado a otro tan nervioso que parecía morir.
