Capítulo 55: Adiós, Dumbledore

4.4K 217 3
                                    


El armario funciona, sonreí a medias porque significaba dos cosas: había hecho algo bien y probablemente El señor tenebroso no me mataría, pero eso significaba que los mortífagos vendrían para comprobar que mate a Dumbledore. Me coloqué mi saco nuevamente y dejé el camino libre para que los mortífagos entraran directamente en Hogwarts. Había funcionado, entonces mi familia y yo estaríamos bien. Mi madre estaría bien.

La salida de la sala estaba ocupada por Ava, y los dos hermanos Weasley. Pensé solo un momento, y lancé el polvo peruano de la oscuridad para cubrirnos y dejarlos a ellos sin saber a dónde nos dirigíamos. Perdóname, Ava.

Corrí hacia los pasillos que daban a la Torre de Astronomía saliendo de la oscuridad. Los mortífagos me seguían mientras algunos se quedaban destruyendo todo el castillo: rompían cuadros, lanzaban hechizos a las ventanas que las hacían estallar, y finalmente cuando llegaron al Gran Comedor comenzaron a destruirlo todo. Para la suerte de todos, la hora de la cena había pasado hace bastante y ya todos estaban en sus salas comunes.

Las grandes ventanas estallaron todas juntas en un solo segundo.

—¿Cómo sabes dónde encontrar al viejo? —preguntó Bellatrix, mientras corría y gritaba sobre todas las mesas destruyendo todo.

—Snape me dijo —respondí, y ella hizo una mueca de desagrado. Era notable que Snape no era su compañero favorito —. Tengo que irme.

—Yo quiero ver eso —habló ella con una sonrisa. Yo asentí y volví a caminar, subimos las incontables escaleras que nos dirigían a la Torre de Astronomía. Mi pecho subía y bajaba descomunalmente producto del nerviosismo y el cansancio por el esfuerzo físico.

Mis pies rechinaron contra el suelo de madera, y encontré a Dumbledore de frente. Las arrugas marcaban su rostro, a pesar de que estaba a varios metros de distancia en la enorme Torre. Los mortífagos se quedaron ocultos, pero esperando por ver el gran espectáculo. Estaba a punto de matar al profesor Dumbledore.

Suprimí las lágrimas y traté de permanecer fuerte cuando me acerqué a él. Al parecer me esperaba, por lo que me extrañé un poco. Se puso de pie y me miró de frente, con una sonrisa cálida. Yo mantuve mi varita arriba, esperando para atacar.

—Draco... ¿Qué haces aquí? —preguntó, acercándose.

—¡No de ni un paso más! —quise hablar fuerte, pero mi voz sonó temblorosa. Dumbledore notó eso y volvió a alejarse volviendo al lugar donde estaba —. Quédese... quédese quieto. 

Dumbledore asintió, que sea tan amable conmigo estaba poniéndome cada vez más nervioso, tanto que notaba como la varita temblaba ante mi agarre.

—Draco ¿estás aquí para matarme? —preguntó una vez más.

—Debo hacerlo —murmuré, con desconfianza. Los mortífagos me estaban vigilando de cerca, no podía responder como quisiera

—¿Has sido tú el que me ha intentado envenenar durante todo el año? —me preguntó. Yo asentí —. Draco, tú no eres un asesino. Eres un chico que cometió muchas malas decisiones, pero todavía puedes salvarte. Puedo salvarte.

—No, debo hacerlo. ¡Es mi tarea! ¡Él me ha elegido a mí! —le dije, acercándome más hacia él apuntándolo con mi varita. Mi estómago dolía con cada paso que daba hacia el anciano profesor.

—Draco, yo puedo ponerlos a salvo, a ti, a toda tu familia. Los podría ocultar y todo acabaría aquí, nadie más tiene que saberlo —me responde, haciéndome dudar sobre esa opción —.  Sé que lo harías por tu familia, y también por ella.

—Si no lo mato... él me matará a mí —le respondí, si los mortífagos sospechaban algo sobre Ava la matarían, sin dudas.

—Demasiada charla, mátalo de una vez Draco, ¿O quieres que lo haga yo? —habló Bellatrix, saliendo de su escondite y mostrándose ante Dumbledore. Ella jugaba con su varita enredándola en su cabello, mientras resonaban sus tacones en todo el vacío y silencioso lugar. Mi respiración se agitó.

Outsider - Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora