-Nena, ¿qué pasa? -tomó mi mano y la acariciaba con su pulgar.
Volví a voltear al mismo lugar que hace menos de 5 minutos, donde se encontraba Matthew de la mano con una mujer y con una niña en brazos, el siguió mi mirada y se tensó al segundo, se escucho un muy bajo "mierda"- ¿quieres irte a casa y hablarlo allá? -negué
-Estamos pasando un buen rato, digo, di que estoy tratando de llevarme bien con este castroso -sonreí a duras penas.
-Se que no estás bien, vamos enana, déjame llevarte.
-No me llames así. -dije fría sin evitarlo, el se dio cuenta y volvió a maldecir en bajo.
-No entiendo nada. -dijo el aún muy confundido Daniel- ¿qué pasa?
-Es una larga historia, quizá luego te diga...-lo fulminé con la mirada, no es como si fuera a contarle toda mi vida a un jodido desconocido- o quizá no.
Se levantó y me arrastró hacia el carro con Daniel detrás mío.
-¿Jordan? -una voz grave a mis espaldas hizo que todo mi cuerpo quedara paralizado- enano, ¿eres tú?
Volteé lentamente mirándolo.
-Hola Matthew -dije seria.
-¡Que sorpresa encontrarte aquí! -miró a mis acompañantes- Hola ¿Marco?
-Mario, señor.
-Oh, sí, Mario. Lo siento, tenía mucho sin saber de ti, muchacho. -rió- ¿y quién es el?
-Amigo de Mario -me cruzé de brazos- ¿qué quieres?
-¿No puedo saludar a mi hija? -sonrió, pero su sonrisa no llegó a sus ojos y pude ver un destello de dolor.
-¿Es enserio? Bueno, hola y adiós, ya nos vamos. -le saludé con la mano y me dirigí al coche, Daniel, que estaba a punto de suicidarse al no entender nada, y la verdad no me importaba, y Mario, que se encontraba entre triste y enojado, quedaron parados en frente de Matthew quien se encontraba con la cabeza agachada.
Esto me dolía, mucho.
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-No one's point of view-
-No entiendo nada. -suspiró agotado.
-Me matará por esto -murmuró muy bajo.
-¿Quién y por qué? -preguntó curioso.
-Jordan, ¿quién más? -bufó- me traes confianza y pienso que una vez que puedas llevarte bien con Jordan serán buenos amigos.
-Gracias.
-Mmh, bueno -tomó aire- Matthew, el señor que habló hoy con ella es su padre, el y su mamá se separaron cuando Jordan tenía 9 años, ella en ese entonces no sabía nada de lo que pasaba, era inocente y muy ingenua, confiaba en todo el mundo, era una niña muy alegre y demás... hasta que un día todo se echó a perder, ella dejó de confiar, la mayoría del tiempo estaba decaída, podría decir que fui su único pilar que la sostuvo de pie. Su padre le mintió en muchas cosas y dejó de frecuentarlo. Por lo que vi ahora tiene pareja -suspiró- ayúdame a ayudarla.
-Entonces no por nada es una mini ogro -susurró el pelinegro que estaba en un tipo de trance- Yo, yo no sé que decir.
-Sólo ayúdame a ayudarla, ella no cree en el amor, fue difícil que volviera a creer en la amistad, será peor con el amor.
-No te preocupes, yo te ayudaré. -sonrió.
-Jordan's point of view-
Estaba recostada comiendo gomitas mientras veía Friends, tocaron a la puerta, no estaba mi madre ni mi hermana, resignada me levanté y pausé la televisión.
-Voy -alcé la voz.
Por la ventana vi un cabello negro, rezando internamente porque no fuera Daniel, abrí la puerta.
-¡Hola, Jordan! -gritó efusivamente abrazándome.
Paralizada por el acto dejé que lo hiciera, ya lo hubiera tirado contra lo que fuera con tal de que no me tocara, mas se sentía bien y no sé porque carajos lo hace.
-¿Hola? -me rasqué la cien confundida- ¿qué haces aquí, Wade?
-¿No puedo visitar a mi nueva mejor amiga? -sonrió de esa manera tan castrosa que me molestaba.
-¿Nueva mejor amiga? -okay, cambio de roles, ahora yo me quiero suicidar de la confusión- yo no soy tu mejor amiga.
Me apunté, mi cara estaba llena de incredulidad y el solo reía como estúpido.
-Oh, si que lo eres. -volvió a reír.
-Oh, no lo soy -repetí fastidiada.
-Que yo te considere desde hoy mi nueva mejor amiga es una cosa, que tu no me consideres el tuyo es otra. -sonrió, otra vez, en serio ¿no le duelen las mejillas?
Entró a mi casa, y sin mi permiso. Cerré la puerta frustrada.
-Mmh, gomitas -corrió hacia ellas, puse cara de horror y corrí lo más rápido que puede, esas eran MIS gomitas.
Lo tacleé como pude tirándonos a un lado del sofá y aún así agarró las gomitas, quedando yo arriba de el.
-Oye, si querías estar así conmigo lo hubieras pedido. -rió y se llevo una gomita a su boca.
-Imbécil, son mías. -manoteé su pecho y me levanté, el se paró y se sacudió, nos sentamos en el sofá y le quité mis gomitas.
-¡Oye! -se quejó, pasándo sus brazos por mis hombros y dándole play a la televisión- a mi también me gustan, tenemos muchos gustos en común.
-No sé que haces aquí y yo no sé que hago aquí sin haber hecho algo para echarte. -bufé.
-Es que me amas, admitelo. -hizo una sonrisa adorable en la que se notaron unos pequeños oyuelos.
-Esa sonrisa si es bonita y para nada castrosa. -al momento abrí mis ojos y me tapé la boca con mis manos sorprendida por lo que había salido de ella.
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¡El amor no existe!
RomansaElla no creía en el amor, el pensaba que era una de las cosas más maravillosas y dolorosas del mundo, ¿podrá él cambiar de parecer o... ella aprenderá lo que es el amor de verdad?