"Tengo miedo de perderte..."

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Quisiera decir que desperté mirándo a Daniel sonriendo con un resplandor a su alrededor, acariciando mi cara y dejando un ligero beso en mi nariz, sintiéndome especial, una princesa. Pero no.
-Vamos Jordan, despierta. -me sacudió. Involuntariamente tiré mi mano cerrada en un puño al aire que impactó en algo blando pero a la vez duro.
-Lo siento, lo siento. -hablé con la voz ronca. Siempre que pasaba eso alguien salía con un ojo morado.
Daniel estaba recargado en la pared tapando su mejilla derecha.
-Mierda Jordan, tienes que dejar de hacer eso.

Hoy era el tercer día que estaba en casa de los Wade, su madre es un amor de persona y su padre tan carismático y divertido. Hoy era lunes y teníamos que volver a la escuela. No mas fin de semana.
-Debes apurarte, queda media hora. -miró el reloj- Sé lo que tarda una chica al arregl...
-No soy como las demás, Wade. -lo miré a sus lindos ojos grisáceos. Él sonrió.
-Bien, te espero abajo. Mamá dijo que el desayuno estaba en 5 minutos.
Salió y me paré a arreglarme para la escuela.

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-La gente pensará mal de que lleguemos juntos. -murmuré.
-No debe importar, ¿somos amigos, no? -tomó mi mano y entrelazó sus dedos con los míos- A parte todos aquí saben que eramos novios y siguen creyéndolo. Inclusive estamos nominados para ser rey y reina en el próximo baile de invierno.
-¿Enserio? -le miré sorprendida.
-Sí, y seguiremos. Por supuesto si tu quieres.
-Que genial. -sonreí leve.
Entramos y muchos voltearon a vernos, nos dirigimos a nuestros casilleros los cuales estaban relativamente cerca. Soltó mi mano y se dirigió al de él y yo al mío.
-No puedo creerlo. -habló una voz ronca a mis espaldas, dejé el libro de español en el casillero y volteé.
-¡Kevin! -chillé mirando sus hermosos ojos mieles. Lo abracé con fuerzas.
-Buenos días, mi bella dama. -tomó mi mano y la besó con delicadeza- Es una sorpresa encontrarla aquí.
-¿Estudiarás aquí?
-Oh sí, nena.
Un bufido a nuestro lado me hizo desconectar mi mirada de la suya. Daniel y Mario nos miraban. Daniel respiraba pesadamente y gruña, mientras Mario miraba con adoración a mi... a Kevin.
-Jordan, ¿cómo es que conoces a este bombón y no me lo haz presentado? -me tomó del brazo acercándome a el, estallé en carcajadas.
-Kevin, el es Mario. Mario, el es Kevin. -seguí riendo.
-¿Tengo que preocuparme? -le dijo Kevin estrechando la mano de Mario, al ver su cara de confución agregó- Por si eres mi competencia. En verdad quiero conquistar a mi bella dama.
Podría jurar que en mi vida me había sonrojado así. Besó mi mejilla y el sonido del casillero azotándose nos asustó.

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-Daniel's point of view-

No lo podía creer, el beso que le dió me hizo explotar. Golpeé el casillero azotándolo y desaparecí de su vista.
Me dirigí al aula, no había nadie y la puerta estaba cerrada. Leí la nota pegada a esta.
"Las próximas 3 horas son libres, chicos. Nos vemos mañana.
-Mr. Johnson."
Suspiré aliviado, no estaría con Jordan y su jodido amiguito 3 horas. Me dirigí a mi lugar secreto lejos de todo ruido escolar. Me senté bajo el gran árbol y cerré los ojos intentando analizar la situación.

Jordan, Jordan. Desde que entró en ese estúpido coma que se llevó a mi princesa completamente... ella ya no era la misma y jamás regresaría.
Me encantaría saber que piensa de mi. También me gustaría saber que piensa de ese estúpido Kevin quien dejó muy en claro que quiere estar con el amor de mi vida.
Suspiré cansado.
Es estúpido hablar conmigo mismo, pero, he visto como lo mira. Desde aquel día en el Burguer King descubrí que sus ojos brillaban al mirarlo. Lo miraba como... como alguna vez ella me vió a mi.
Jaleé mi cabello frustrado, abrí mis ojos mirando a mi alrededor.
"Daniel, no puedes dejarla ir."
Ya se fue.
"No te rindas tan fácilmente."
No es rendirme, es aceptar la realidad.
"Mientras estás aquí lamentándote y creyendo cosas que aún no suceden, alguien está conquistando a tu chica."
Me paré de golpe, mi conciencia tenía razón.
Miré mi reloj de la muñeca, aún quedaba hora y media. Dispuesto a correr su melodiosa voz me detuvo.
-¿A dónde te diriges tan apresurado? -rió. Mis oídos se derritieron ante tan hermoso sonido.
-Jordan. -susurré y me lancé a sus brazos.
Sentí como se tensó cuando la tomé de la cintura. Apreté mi agarré con miedo a que me apartara pero al contrario, me correspondió con la misma intensidad y casi me pongo a llorar en el acto.
-Tengo miedo, Jordan. -susurré en su oído y aspiré el aroma de su cabello. Olía a cacao.
-¿A qué o de quién?
Me acerqué a sus labios y miré a sus ojos, ella miraba mis labios. Nuestras miradas chocaron y con esta misma le pedí permiso.
-Tengo miedo de perderte... -y fundí nuestros labios en un beso tan añorado.


¡El amor no existe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora