Capítulo especial. 3/(?)
Me separé bruscamente y le proporcioné un puñetazo en el estómago.
-¿Qué crees que estás haciendo? -gruñí.
-Lo siento, malinterpreté las cosas, me dejé llevar. -habló apresurado- Fue un impulso, lo siento.
-Nunca en tu vida vuelvas a hacerlo o desearás no haberlo hecho nunca.
Avergonzado y asustado salió de la cocina, me volví a sentar en el banco blanco y terminé de comer la hamburguesa. Me dirigí al cuarto de huéspedes, me paré en medio de la habitación observando dormir a mi hermana.
-Jodida mocosa, me diste un gran susto. -me recosté en la cama atrayéndola hacia mi- No sé que hubiera hecho si te perdía.
Una lágrima recorrió mi mejilla, estaba tan tranquila y relajada. Y así me pasé la noche entera, mirándola sin dormir una noche más.
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Me levanté de la cama sintiéndome agotada y me dirigí a la cocina. Miré en el refrigerador y me decidí por hacer panqueques.
-¿Qué haces? -una ronca voz a mis espaldas me hizo sobresaltarme lanzando el panqueque que se encontraba en el sartén hacia el techo.
Miré hacia atrás y después al techo.
-¿Crees que es divertido asustarme?
Y en ese momento el jodido panqueque cayó en mi cabeza, causando su risa.
-Sí, demasiado. -carcajeó sonoramente.
-¿Por qué hacen tanto ruido? -se quejó tallándose un ojo perezosamente.
-Lo siento, Christi. –se disculpó con ella- Lo que pasa es que tu hermana es muy enojona y asustadiza.
Apreté mis puños y guardé silencio, no quería terminar golpeando a Daniel enfrente de mi hermana. Continué haciendo los panqueques.
-Jordan, ¿cuándo iremos con mamá?
-Pronto.
Refunfuñó por mi corta respuesta y se dispuso a jugar con Daniel.
Nos sentamos a desayunar una vez terminados los panqueques para todos, mi celular volvió a sonar.
-Christi, ¿puedes ir por mi móvil?
-¿Por qué siempre me mandas a todo? –pataleó el suelo.
La miré severamente y salió corriendo en busca del teléfono.
Regresó hablando animadamente con alguien
-¿Quién es?
Me hizo callar levantando su dedo índice, indignada me levanté y le arrebaté el teléfono de las manos.
-¿Quién habla?
-Hola, mi amor. –rió alegre.
-No me digas así. –gruñí, mi madre comenzaba a exasperarme.
-Sólo hablaba con tu hermana, le estaba diciendo que si puedes venir tu sola a la casa.
-¿Qué quieres ahora?
-Sólo quiero saludarte, mi amor.
Colgué, no podía soportar más esto.
-Me voy, ¿puedes cuidar a Christi y prestarme tu camioneta?
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¡El amor no existe!
RomanceElla no creía en el amor, el pensaba que era una de las cosas más maravillosas y dolorosas del mundo, ¿podrá él cambiar de parecer o... ella aprenderá lo que es el amor de verdad?