"Una noche de chicas."

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Hoy era sábado, me había despertado tarde y me encontraba en mi habitación viéndo televisión.

Luego de lo de ayer mi madre no quiere que siquiera me mueva de la cama.

El timbre sonaba y sonaba y no sabía por qué razón nadie iba a abrir.

-¡Mamá! -grité.

No contestó, me levanté de la cama e inmediatamente me mareé y mi vista se nubló y comenzó a hacerse negra, me asusté, "no otra vez, no otra vez", me tomé de algo y parpadeé lentamente.

Poco a poco todo volvió a la normalidad pero me sentía rara, sentía un agudo dolor en la cabeza, arriba de la ceja. Bajé lentamente, pues el timbre seguía sonándo. ¿Qué no se cansaban?

-Voy, voy. -grité.

El timbre no dejó de sonar y abrí.

-¡Gracias por abrirme, Jordan! -Christi se tiró a mis brazos.

-¿Qué carajo hacías afuera, niña? -repliqué molesta- ¿y por qué carajo timbras como psicópata?

-Lo siento, hermana. -puso su típica carita de perro mojado que aprendió de mi, rodeé los ojos- Pasa que salí a ver si se encontraba Jessie en su casa, dejé medio abierta la puerta y cuando volví a pedir permiso de ir con ella, estaba cerrada.

Explicó extremadamente rápido y sin pausas, ahora entiendo como se siente mamá.

-¿Y mamá? -le pregunté.

-Creo que salió a no sé qué a no sé donde. -dijo tierna, eso no me ayuda- ¿me dejas ir con Jessie?

-Claro, lárgo. -le dije y salió corriendo.

Cerré la puerta y me dispuse a hacer ejercicio, subí a mi cuarto y me vestí con unos shorts negros a la rodilla y un top rosa fosforescente, me coloqué unas calcetas negras y me miré al espejo.

No me gustaba el rosa pero definitivamente me encantaba como se veía este.

Me dirigí al extraño cuarto de entretenimiento, el cual era enorme pero casualmente simplemente mi madre y yo usábamos para hacer ejercicio.

Coloqué el pequeño tapete en el suelo y me recosté, comencé una lista mental de lo que haría.

"-200 abdominales.

-100 lagartijas.

-100 sentadillas.

-50 saltos.

-10 minutos de pantorrilla."

Comencé bien, estaba terminando los saltos y solo me faltaban la pantorrilla y las sentadillas, estaba llena de sudor por todas partes y en el tapete se encontraban manchas de sudor con mi cuerpo pintado.

Hice los minutos de pantorrilla pero eran mi punto débil y solo soporté 7.

Dispuesta a hacer las sentadillas, iba en la tercera cuando un dolor agudo comenzó en mi rodilla obligándome a caer sentada.

Volví a tratar de hacer una pero no lo logré, una oleada de impotencia me recorrió y golpeé la pared en frente de mi.

Mi celular sonó arriba del sofá.

-¿Bueno? -dije.

-Hey chica, ¿qué haces? -habló la aguda voz de Kate.

-Apenas termino de ejercitarme un rato -dejé el celular entre mi sudorosa mejilla y mi sudoroso hombro para poder estirar mis brazos- ¿tú?

-Bueno, nada, estoy aburrida, ¿qué tal una noche de chicas? me hace falta una. -dijo emocionada dándo un gritito al final.

-Vale, en mi casa, ¿llamas tú a Kyle? -pregunté.

-Yo, nos vemos en tu casa a las 6. -tiró un beso a la bocina y cortó la llamada.

Me dirigí a mi cuarto contemplándo mi cama, sacudí mi cabeza y entré al baño dispuesta a darme una buena ducha.

Me ponía el shampoo y mi celular volvió a sonar, abrí la puerta y recordé haber dejado mi celular encima de la cama.

Bufé y cerré con fuerza la puerta deslizable sin contar con que mi dedo de en medio se encontraba ahí.

Un dolor punzante se situó en la zona de la uña y al mirárlo se encontraba lleno de sangre, todo lo veía como si fuera cámara lenta, mis oídos se taparon y mi vista se volvió a nublar, caí de lado chocándo con la pared. Parpadeé intentando lo de esta mañana pero no me funcionó.

No lloraba ni me quejaba del dolor, lo que es raro.

Cerré la llave y tomé una toalla sin terminar de bañarme, me sentía débil. Caí sobre mi cama y todo seguía igual excepto por el molesto sonido de estática en mis orejas.

Duré un tiempo acostada ahí y la estática se convirtió en un pitído agudo, como ese que escuchas cuando te metes a un auto sola y con las ventanas arriba, sólo que triplicado.

Todo seguía negro y no podía mover ninguna parte de mi cuerpo...

¡El amor no existe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora