39. Veigar, Tristana, Necesito De Su Ayuda

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—Tun tun tun tun tun

Golpeaba fuertemente la puerta, al no escuchar respuesta cruzó los brazos enfadado.

—¿Para esto querías salir rápido de los combates?— interrogó Rumble con fastidio en su rostro. —¿En serio es tan urgente verla?

—¡Hey! ¿Por qué no abres?— gritó muy molesto hacia la puerta, la cual a lado tenía un número "42", ignorando al otro yordle.

—¿Qué tal si sigue en la Grieta?— insinuó su amigo. —Veigar, sabes que los nuevos tienen algunos días más ocupados que otros— el mago se limitó a mirar a su acompañante.

—¿Qué tal si está en la cafetería?— decía mientras cruzaba sus brazos por detrás de su cabeza. —Vamos viejo, además dijiste que también ibas a buscar a Zed.

—Está bien...— cedió finalmente, ambos empezaron a caminar por el pasillo, el cual misteriosamente estaba en calma, hasta que se toparon a quién estaban buscando jalando de la mano a un muchacho de cabellera blanca.

—¿Al menos me estás escuchando?— preguntaba sin ganas el joven.

—Solo necesito ayuda con esto, después no molestaré, te lo prometo— respondía pesadamente mientras lo jalaba, al percatarse de la presencia de los otros yordles se detuvo.

—¡Hola chicos!— saludó con gesto fresco y alegre.

El mago seguía cruzado de brazos, su rostro reflejaba seriedad mientras que el mecánico saludó con normalidad.

Es lógico que busque a Varus, necesita alguien de su edad

—¿Han visto a Tristana?— preguntó con ansiedad.

—La he visto en la Grieta un par de veces pero no sé dónde está— respondió Rumble.

—Lulu, necesito hablar contigo— expresó el mago de manera concreta.

La yordle pensó un poco y después soltó a su acompañante.

—Si quieres puedes irte— volteó a ver a Varus. —Muchas gracias por acompañarme.

El chico la miró y supuso que él también debería de agradecer.

—Gracias por acompañarme a mis platicas e invitarme a comer a la cafetería— declaró forzadamente, la expresión neta de la hechicera le dió a entender que no lo estaba haciendo bien. —Me fascinó lo que cocinaste.

—¡Oh!— soltó inmediatamente la yordle, se sentía alagada. Ambas miradas chocaban, el mago no podía no enojarse con aquella escena; era insoportable para él, sin embargo no sabía el porqué de su furia, cuando pudo notar un pequeño sonrojo por parte de ella no lo soportó más.

—¿Cocinar? ¿Pantheon no es el que cocina en la cafetería?— preguntó Veigar interrumpiendo el contacto visual. —Además aún no es hora de comer— añadió conteniendo su furia, aunque en su voz se podía notar un poco.

—Ya pasó la hora de comer— aclaró Rumble. —Estabas tan inmerso en venir después de las batallas que olvidaste ir a comer.

—¿¡Qué rayos?!— clamó incrédulo, después tapo su cara con una garra. —Agh...—

—Ahora ya me voy, Adiós Lulu— despidió Varus, alejándose lentamente.

—Yo también me voy— habló el mecánico. —Necesito hacerle arreglos a Tristy— mintió con los brazos cruzados detrás de su cabeza, después despidió con una mano. —Le diré a Zed que estás ocupado— mencionó con una risilla.

—¡Agh! ¡Si no fueras mi amigo ya te habría...!— expresó con enojo.

—Lo sé lo sé, yo también te quiero— interrumpió Rumble yéndose.

Abrazando A Mi Luz Oscura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora