Abrazando A Mi Luz Oscura

9. Me Parezco A Mamá.

Tristana la soltó y se fue hacia su recámara, la ojiverde se quitó su sombrero y acomodó a Pix en la cama, después retiró su túnica roja y su bolso verde.

Se sentó en la cama y se quitó sus zapatos, estaban muy desgastados de la suela, ya parecían calcetines. Y por último retiró sus mallas quedando así con su blusa a rayas lilas y mangas largas.

Se miró al espejo, su reflejo cambió, era un poco más alta de lo que recordaba, sus facciones eran más marcadas y sus ojos no tenían el mismo brillo, otro detalle que no había notado por su túnica era que su figura había cambiado, su delantera había crecido y su cadera era más ancha.

Me parezco más a mamá.

Recordó a su madre viéndose en aquel tocador, pero a diferencia de ella, su madre tenía los ojos amarillos y la cintura más pequeña.

Recargó su frente en el espejo, estaba demasiado abrumada, el recuerdo de su madre y el del columpio le decían algo y ella, bueno no sabia como explicarlo, algo le decía que no quería saberlo.

Tristana entró de nuevo a la habitación, sorprendiendo a la yordle haciendo que respingara.

-¡Mira! Sé que te gustará.- Extendió algo que tenía en las manos, era un blusón para dormir de color púrpura, tenía un muffin estampado en el centro. -Lo compré pero no me quedó, puedes quedartelo. -

Lulu la volvió a abrazar, un abrazo tan acogedor...

Que tierna.

Era muy tarde así que inmediatamente se fueron a dormir.
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Llegó el día y ambas seguían durmiendo, la primera en despertar fue Lulu, descalza bajó junto con Pix a la cocina. Observó los utensilios y la fruta, se le ocurrió una idea.

¡Haré el desayuno en forma de agradecimiento!

-¡Ayúdame Pix!- buscó una bandeja mediana y la puso en la mesa.
-¿Buscas harina?- Tintineó Pix.

-Si, haremos pan cakes, espero que se sigan haciendo igual.-

Al terminar la masa solo miraba la estufa, en vez de haber brasas habían unas cosas metálicas, buscó cerillos o un encendedor. Vió un botón con una imagen de una chispa y lo tocó, salieron chispas en unos tubitos a lado de las cosas metálicas. Veía las perillas, venían acompañadas de dos imágenes de flamas, una más chica que otra. Trató de moverlos pero era inútil, intentó con más fuerza y nada.

Joder...

Del enojo golpeó la perilla, eso hizo que soltara un sonido extraño y se le ocurrió tocar el botón de chispas. ¡Sorpresa! Encendió pero era una llama grande, eso asustó a la pequeña. Poco a poco bajó la llama y así pudo poner un sartén.

Mantequilla.
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Masa
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Voltear.
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Sacar.
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Mantequilla.
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Masa.
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Voltear.
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Sacar.
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Así se la llevó hasta que Tristana entró en la cocina.
-Vaya, eres demasiado madrugadora.- comentaba mientras se estiraba.
-Algo así... La verdad es que no pude dormir bien.-buscó una olla y puso agua a calentar. Tristana se extrañó, el cuarto que le dió tiene muebles nuevos.
-¿Por qué lo dices?- preguntó sin más, la peliblanca tomó dos tazas y les vació un poco de azúcar y café en polvo.
-Ayer recordé cosas que... Me asustan.- sacó un plato y sirvió dos porciones para Tristana.
-¡Oh! Yo quería preguntar que soñaste cuando te caíste pero Teemo dijo que te debería dar tu privacidad.- la peliblanca se oía desanimada, tomó el plato que Lulu le dió.
-Bueno... Cuando iba a la escuela y empecé a practicar magia yo... Bueno ellos... Me tenían asco por usar magia... - La voz de Lulu se quebró, sirvió dos porciones para ella en otro plato, unas lágrimas bajaron. Pix trató de secarlas, no le gustaba verla así.
-Lulu... ¿Entonces te pegaban tus compañeros?- Lulu asintió con la cabeza, sirvió el agua caliente en las tazas y tomó asiento junto a Tristana.

-También recordé a mamá.- la Artillera solo escuchaba.

Pix pegó un saltito, a Lulu le extrañó un poco.

-Siempre me decía que... - Lulu contaba como iba recordando. -Cuando estuviera a su edad me vería como ella, y ayer lo comprobé, solo que... Ella no puede verme... - la peliblanca abrazó a Lulu hasta que se calmó.

-Lulu ¿Estás bien?- Tristana le preocupaba ella aunque apenas la haya conocido.
-Sip ¡ahora desayunemos!- y devoró un pan cake.