3. El Maestro Del Mal

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Corría un aire muy seco, el calor no ayudaba mucho para aliviar la tensión.

El mago examinó detenidamente a la hechicera, el sombrero y vara que ella llevaba le daba a entender que usaba magia, vió a su compañera sentada en su hombro, era extraño ver una hada por esos rumbos. Nunca había visto a esa peculiar yordle, además de que daba aires de bruja.

¿Por qué no sale corriendo?
¡¿Qué se cree?!

-¡Hola!- saludó muy animada Lulu sacando de sus pensamientos al mago.

Bufó.

Ella empezó a observarlo detenidamente, el aura oscura y sus ropas azules y moradas le daban mala espina, sus garras de metal era lo que más le inquietaba y sus destellantes ojos amarillos la hacían sentir desnuda ante él, pero observaba curiosamente su cetro, él era intimidante y fascinante a la vez.

¿Por qué todos salieron corriendo?
¿Es malo? ¿Será como yo?
¿Por qué todos se asustan de nosotros? ¿Será por usar magia?

El mago no podía dejar de observar a la pequeña, sus ojos jade y su extraño cabello morado largo que casi llega al suelo lo habían hipnotizado, era extraño porque nunca tuvo reacciones así.

Lulu se percató de la mirada profunda del mago, y lo único que pudo hacer es encogerse de hombros.

-Hola! Soy Lulu- dijo temerosa, ni siquiera Pix había dicho algo. El mago salió de sus pensamientos, se ruborizó y volteó para evitar el contacto visual.

-¿quién eres para hablarle así a tu superior?- gritó el mago.

-¡¿Eh?!- la chica inclinó la cabeza, estaba confundida.

-¿No sabes quién soy?- habló el mago mostrando autoridad.

-No he venido aquí por mucho tiempo... -Respondió desanimadamente la yordle.

-Yo soy el que hará temblar a tus seres queridos... Yo soy la oscuridad, ¡soy la maldad misma! ¡Soy Veigar! ¡El maestro del mal!- seguido de esto hizo una carcajada que retumbó en toda la plaza mientras alzaba su puño.

-¡Woah!- los ojos de Lulu empezaron a brillar, estaba muy emocionada. Se acercó poco a poco, teniéndole la mano.

-Encantada de conocerte- dijo con una gran sonrisa. - ¿Podemos ser amigos?-

En tono seco y cargando su cetro el pequeño mago respondió.

-No-

En ese momento alguien la empujó hacia lado izquierdo, y sorpresivamente cayó materia oscura donde estaba ella. Volteó a ver a quién la empujó, él sonrió y ella se limitó a susurrar un 'Gracias'

-Nos volvemos a ver, eh? explorador- hablaba con tono arrogante aquel mago.

-Hola Veigar- Saludó con una sonrisa quién empujó a Lulu, un yordle que tenía pinta de tejón.

-No te atrevas a acercarte- dijo una yordle de cabello blanco apuntándole con un cañón.

-Ustedes no son más que unos entrometidos...- gritó Veigar alzando su puño de hierro.

¿¡Qué está pasando?!

-Hey! Mantente atrás. Sal de aquí. - Susurró el yordle empujándo a Lulu atrás de él. -No permitiremos que haga más daño.-

-¿Daño? ¿Ha matado a alguien?- Lulu susurraba temerosa a ambos yordles que la cubrían de Veigar.

-Aún no- El mago gritó atrás de ellos, aprisionándolos en una barrera con cuatro pilares.

-Recuerda que afuera de La Grieta del Invocador tengo más truquillos... ¿eh Teemo? - Dijo Veigar mientras cargaba su cetro.

-¡No te saldrás con la tuya Veigar! ¡Detendremos tu plan! - Gritó Teemo.

Abrazando A Mi Luz Oscura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora