— ¿Ya sabes a dónde llevarás a Gerard? — Le preguntó Frank.
Había pasado una semana, era viernes otra vez; Frank no pudo hablar nunca con "Claudia" porque no llegó a tener el tiempo para jugar debido a su trabajo, sin embargo, ya que era fin de semana, al llegar a casa, podría conectarse hasta la hora que quisiera, además, podía respirar más tranquilo porque él y Bert habían terminado el gran proyecto en el que estaban trabajando y por eso, se dieron su merecido descanso yendo a un bar a celebrar otro éxito en su trabajo.
— Hablé con él hace poco, lo llevaré a nuestro restaurante favorito.
— Llevarlo allá sería como un suicidio, Bert. — Rió. — Ryan va a querer estropearlo todo, ya sabes cómo es ese niño... ¿Por qué es nuestro amigo si nos arruina tanto la vida?
Frank no se equivocaba en sus palabras, tanto él como Bert tenían terminantemente prohibido llevar una cita a su restaurante favorito porque Ryan siempre haría algo para fastidiarlos, Bert debía saber eso mejor que nadie, pues la última vez que salió con alguien y cometió el pecado de llevarlo a comer sushi, Ryan les tomó la orden y dijo a viva voz: « ¡Berty! Espero que hoy no se te haya olvidado la billetera como ayer, que hiciste pagar por todo al pobre chico que trajiste, aunque déjame decirte que tu cita de hoy se ve mucho mejor, espero que el chico de mañana sea más guapo aún». Todo era mentira, Bert no había tenido una cita en mucho tiempo... Así quiso matarlo a Ryan.
— No te preocupes por eso, Frankie, ya le di un GRAN soborno a ese pequeño idiota, así que ten por seguro que no me fastidiará la noche.
— ¿Con qué lo sobornaste?
— Muse vendrá a la ciudad... Y adivina quién les compró entradas a él y a su novio. — Se señaló a sí mismo.
— Wow, has de tener muchas ganas de que todo salga bien en esa cita.
— ¿Y quién no las tendría, tonto? No puedo esperar a que sea sábado para ver a Gerard Way.
«Si fuera tú, tampoco podría esperar». Pensó Frank, soltando un largo y melancólico suspiro.
— ¿Qué te pasa? — Preguntó Bert, quien podía descifrar a la perfección el lenguaje corporal de Frank. — Si también quieres ver a Gerard, te dije que puedes acompañarnos.
— Y yo te dije a ti que no quiero estar de sobra.
— No estarás de sobra, esto no es una cita como tal, salvo que yo la convertiré en una, si estamos solos. Pero si tú nos acompañas, tampoco me importaría, sería algo más casual.
— ¿Por qué haces eso? Es raro.
— ¿Qué cosa? — Soltó una pequeña risa. — No es como que estuviéramos peleando por un hombre, no estamos en la secundaria y tampoco somos "amienemigos", somos como familia.
— Lo sé, Bert y no te estoy viendo para nada como una competencia o algo por el estilo, sólo sé que tienes muchas ganas de ver a Gerard y por eso no quiero arruinarlo para ti, si quiero volver a verlo o hablarle, ya tendré mucho tiempo para eso ¿No?
— Bien. — Asintió actuando con seriedad como pocas veces hacía. — Como tú quieras. Si quieres, yo podría ayudarte con eso. Quiero que sepas que tú vales mucho para mí; más que cualquier chico que me guste, para mí, vales más que mil Gerards.
— Lo séeee. — Respondió Frank riéndose porque el que Bert se pusiera sentimental sólo significaba una cosa; que estaba ebrio. — Tú también vales mucho para mí, a pesar de que seas un pendejo.
Bert era todo un caso, pero era de buen corazón y verdaderamente apreciaba sus amistades, eso Frank lo sabía muy bien, no había necesidad de que el rubio se lo dijera.
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Life Online; Frerard
FanfictionDonde Gerard es un treintañero que no sabe qué hacer con su vida más que jugar juegos de rol multijugador; en ese pequeño mundo conoce a Frank Iero, quien le muestra que la vida real puede ser tan genial como la vida oline.