15.Friday

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Se había hecho de noche y todo. Pero al fin, Gerard estaba listo.

Tanto él como Lindsey estaban exhaustos, pero la estilista estaba muy contenta porque había podido superar el reto que ella misma se había impuesto de hacer todo el trabajo en un solo día. Fueron casi ocho horas seguidas, pero el resultado había sido impresionante.

— ¡AAAAAAAAAAHHHHH! — Lindsey gritaba emocionada, meneándose de un lado a otro con las manos en sus mejillas.

— ¿Qué? ¡¿QUÉ?! — Gritó Gerard. — ¿Pasó algo malo? ¡¿Me quemaste el cabello?!

— ¡Nooooo! ¡Es que te pareces tanto a Claudia que quiero morirme!

— No podré saber si me parezco a Claudia si ni siquiera la he visto. — Dijo el muy mentiroso.

— ¡Agh! ¡Deberías jugar Magique Landscape! Así podría presentártela.

«Si supieras...».

— ¿Estás emocionado, Gee?

— ¡Muchísimo! ¡Ya déjame verme en el espejo!

— Estamos en una estética, hay espejos por todas partes, tonto. Sólo debes levantarte de aquí. — La silla donde atendió a Gerard estaba al fondo, donde no había espejos.

— Es que tengo un poco de miedo también.

— Ármate de valor. — Lo tomó del brazo y lo ayudó a levantarse de la silla. — Yo te acompañaré.

Los pasos de Gerard eran lentos, sus piernas temblaban, estaba tan nervioso y al mismo tiempo ansioso por verse al espejo. Si se hubiese hecho solamente un simple y rápido corte de cabello, estaría más tranquilo, sin embargo, considerando el montón de cosas que Lindsey hizo con él y el cambio drástico en su cabello, temía lo que pudiera encontrarse.

Finalmente, cuando tuvo la valentía de pararse frente a un espejo, no se reconoció a sí mismo cuando se vio.

— ¡AAAAAAAHHHHHH! — Ahora fue él quien gritó, pero él sí se oía asustado.

— ¿Q-qué? — Preguntó Lindsey, alarmada. — ¿N-no te gustó?

— E-es que... — Caminó unos pasos hacia atrás, luego hacia adelante, movió su mano, la acercó, la alejó rápidamente, y en eso estaba, tratando de comprender cómo era que él era la misma persona que estaba viendo al espejo. — ¿Ese soy yo? Porque no me consta.

— Tonto. — Le dio un codazo cariñoso. — Tú eres naturalmente hermoso, me sorprende que no lo sepas.

— Yo... — Realmente se veía bien con el cabello rojo, también se veía mucho mejor con sus cejas arregladas y su piel se veía tersa como porcelana. — Me veo así porque tú estuviste horas esclavizada trabajando.

— No digas eso, eras hermoso antes de entrar a esta estética, yo sólo lo resalté más. Escúchame, Gee. Este día contigo ha sido increíble y espero haberte sido de ayuda, no sólo para teñirte el cabello, sino para que aprendas a sentirte bien contigo mismo. Eres un chico muy lindo, una persona adorable, siento que todo el mundo debería apreciarte, más por lo que eres que por cómo te ves, pero que puedan verte es el primer paso. Yo lo veo de esta manera; una persona hermosa físicamente llama muchísimo la atención, hace que instintivamente te acerques a ella, pero si esa belleza física es lo único que hay, entonces ya no vale de nada y esa persona pierde la atención que recibió. Una persona que es maravillosa por dentro pero que por fuera no se cuida, transmite el mensaje equivocado y las personas no se acercan a ella, muy pocos son lo suficiente susceptibles para apreciarlas. Sonará superficial por los momentos pero no lo es, al menos no como yo lo veo, yo creo que debes proyectar por fuera lo increíble que eres por dentro ¿Entiendes? Atraer a la gente con tu belleza física y terminar de retenerlos con la belleza de tu mente. La belleza física, aunque al principio te atrae, termina aburriendo si no hay nada más, por eso valdrán más la pena los que se queden contigo por lo que hay aquí. — Llevó el dedo índice a la frente de Gerard. — Y aquí. — Luego posó su dedo en su pecho, donde va el corazón.

Life Online; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora