Danza en el fuego, I, II, III, IV, V

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De 

Waughin Jarth


I.

Escena: la Ciudad Imperial, Cyrodiil Fecha: 7 de Otoño de escarcha, 397 de Tercera Era

Aparentemente, el palacio había albergado desde siempre la Comisión de Obras de Atrio, la compañía de gestores y agentes inmobiliarios que autorizaba y daba fe pública a prácticamente cualquier construcción del Imperio, independientemente de su categoría. Esta austera casa solariega de sencilla fachada fue construida hace doscientos cincuenta años, durante el reinado del emperador Magnus, en una plaza secundaria aunque respetable, de la Ciudad Imperial. Allí trabajan jóvenes enérgicos y ambiciosos de clase media junto a serviciales trabajadores de mediana edad, como Decumo Scotti. Nadie, y aún menos Scotti, podía llegar a imaginar un mundo en el que no existiera la Comisión. Para ser exactos, Scotti no podía imaginarse un mundo sin él mismo trabajando en la Comisión.

"Lord Atrio se encuentra totalmente al corriente de sus contribuciones", afirmó su superior, cerrando tras él la persiana que delimitaba la oficina de Scotti, "aunque, como sabe, hemos tenido dificultades".

"Sí", respondió Scotti con frialdad.

"Últimamente, los hombres de lord Vanech nos han hecho la competencia y tenemos que ser más eficientes si queremos sobrevivir. Desgraciadamente, esto implica desprendernos de algunos de nuestros gestores más antiguos, que históricamente han sido los mejores, pero que hoy en día no alcanzan el nivel exigido".

"Entiendo. No se puede remediar."

"Me alegro de que lo entienda", afirmó el superior y, sonriendo con frialdad, se retiró. "Por favor, vacíe su despacho inmediatamente".

Scotti comenzó la tarea de organizar todo su trabajo para traspasárselo a su sucesor. Probablemente sería el joven Imbralio quien se ocuparía de la mayor parte, como tenía que ser, consideró filosóficamente. El chico sabía cómo hacer negocios. Scotti se preguntó despreocupadamente qué es lo que haría el chico con los contratos para la construcción de la nueva estatua de santa Alessia que había solicitado el templo del Único. Probablemente se inventaría algún error burocrático, culparía a su antiguo predecesor Decumo Scotti y pediría un coste adicional por la rectificación.

"Tengo correspondencia para Decumo Scotti de la Comisión de Obras de lord Atrio".

Scotti levantó la vista. Un mensajero de rostro rechoncho entró en su oficina y le tendió un pergamino sellado. Le entregó al chico una moneda de oro y lo abrió. Por el estilo pobre, la atroz gramática y ortografía y, sobre todo, por su tono poco profesional, el autor era bastante obvio: Liodes Juro, un gestor de segunda que años atrás dejó la Comisión tras ser acusado de prácticas comerciales poco éticas.

"Estimado Sckotti,

Me emagino que siempre tas preguntado qué pasó conmigo y en el último zitio donde esperabas encontrarme fuera en los bosques. Pues hay es justo donde me encuentro. Je, je. Si eres inteligente y quieres conseguir bastante oro para lord Atrio (y para ti, je, je) tiene que venirte a Bosque Vallin tú también. Si as seguido o no ultimamente los rumores políticos, puede que estés al tanto o no de que a abido una gerra entre los boshmer y sus becinos los Elsweyr durante los ultimos dos años. Las cosas parece que san calmao y ay mucho que recostruir.

Ahora tengo mas negocio del que se pue tener, pero necesito a alguien con influencia, alguien que represente una agencia importante para meter la pluma en la tinta. Ese alguien eres tu, amigo mio. Ven y runete con migo en la taverna de Mamá Paskos en Falinnesti, Bosque de Vallin. Aqui estare en 2 semanas y no te arrepentira.

La Biblioteca de Tamriel: OBLIVIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora