Herejes modernos

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Haderus de Gottlesfont


Herejía moderna: un estudio sobre la veneración a Daedra en el Imperio

Haderus de Gottlesfont

La veneración daedra no está prohibida por la ley en Cyrodiil. Fundamentalmente es el resultado del estatuto decretado por el imperio al Gremio de Magos, que permite la invocación daédrica. A pesar de ello, la opinión de la iglesia y la pública está tan en contra de la veneración daédrica que aquellos que lo hacen, lo hacen en secreto.

Aún así, las opiniones sobre la veneración daédrica son diferentes en otras provincias. Incluso en Cyrodiil, las opiniones tradicionales han cambiado notablemente al transcurrir de los años y algunas comunidades que veneran a Daedra perduran. Algunos seguidores de Daedra más convencionales están motivados por la piedad o convicciones personales, mientras que los más modernos están mayormente motivados por ansias de poder arcano. Particularmente, los héroes de todas las razas buscan los míticos artefactos daédricos por sus ventajas para el combate y poderes mágicos.

Yo particularmente, he descubierto una comunidad que veneraba a la señora daedra Azura, reina del amanecer y el anochecer. Un investigador interesado en la veneración daédrica puede comenzar su investigación de varios modos; a través del estudio de la literatura, la exploración y descubrimiento de santuarios daédricos antiguos, interrogando a informadores locales o incluso preguntando a los mismísimos seguidores. Yo usé todos estos medios para descubrir el santuario de Azura.

Primero leí libros. Referencias como éstas dan una visión general muy útil a la hora de entender los santuarios daédricos. Por ejemplo, mis estudios me llevaron a entender que, en Cyrodiil, los santuarios daédricos normalmente son señalados con estatuas de señores daedra, se sitúan en parajes alejados de asentamientos. También descubrí que cada santuario normalmente esta ligado a una comunidad de seguidores que suelen llamarse "coven" y que tienen acordada una hora de reunión, normalmente un día a la semana, en la que se invoca a un señor daedra. Este señor daedra no se dignará a responder a menos que el invocador cumpla con los requisitos de carácter y poder debidos, o que el sacrificio ofrecido sea de su agrado (normalmente solo la comunidad seguidora conoce qué sacrificios complacen a su señor) y que a cambio de ciertos servicios los señores daedra a veces otorgarán artefactos de poder a los que se aventuraron con éxito.

A continuación interrogué a los lugareños con un conocimiento profundo sobre los alrededores. Encontré particularmente útiles dos clases de informadores: cazadores que hayan viajado bastante y aventureros (que pueden haber pasado por santuarios en sus viajes) y estudiantes del Gremio de Magos. En el caso del santuario de Azura, ambas fuentes han sido de ayuda. Descubrí un cazador de Cheydinhal que por casualidad había cruzado una extraña estatua épica en uno de sus viajes. La estatua era la de una mujer con los brazos desplegados, en uno de ellos sostenía una estrella, en el otro una luna creciente. Había rechazado la estatua por temor a las supersticiones, pero se aseguró de recordar su paradero; al norte de Cheydinhal, noroeste del lago Arrius, en las alturas de las montañas Jerall. Después, me dirigí al Gremio de Magos local con una descripción de la estatua. Ellos me confirmaron la identidad del señor daedra venerado.

Una vez descubierto el paradero del santuario, lo visité y descubrí la comunidad de seguidores. Debido a las fuertes opiniones creadas contra la veneración Daedra, éstos seguidores al inicio se sentían recelosos de admitir su identidad. Pero una vez había ganado su confianza, estuvieron dispuestos a compartir conmigo los secretos de los tiempos en que Azura escuchaba peticiones (del atardecer al amanecer) y que la ofrenda requerida por Azura era polvo brillante, una sustancia que se obtiene del fuego fatuo.

Yo, por supuesto, no soy más que un hombre de capilla y un estudiante, así que no estaba dentro de mis posibilidades el conseguir polvo brillante, ni creo que Azura me hubiese considerado un digno candidato para hacer tal ofrenda, en caso de que lo hubiese conseguido. Pero me aseguraron que si hubiese podido hacer tal ofrenda, de haber sido aceptada, Azura me hubiese dado tal misión que, de haber sido completada, Azura me hubiese premiado con la estrella de Azura, un artefacto daédrico de legendarios poderes mágicos.

Desde entonces han llegado a mis oídos rumores sobre otros santuarios daédricos, de las divinidades daédricas a las que están dedicadas y de los artefactos daédricos que los aventurados que consigan completar sus misiones pueden conseguir. Hircine el cazador, por ejemplo, está relacionado legendariamente con la piel del salvador, una poderosa coraza encantada. La espada volendrung está asociada con Malacath, señor de los monstruos y el llamado mazo de Molag Bal se supone que también es objeto de culto por parte de los seguidores daédricos. En Cyrodiil reposan otros señores daedra, sus santuarios y seguidores, aún por descubrir por los investigadores más merecedores y persistentes.

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