El espíritu de los daedra

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ANÓNIMO



CÓMO DEBES RECONOCERNOS

MUERTE, DERROTA Y MIEDO

Nosotros no morimos. No tememos a la muerte.

Destruye el cuerpo y el alma irá a parar a la oscuridad. Sin embargo, el alma vuelve.

Aunque no todos somos valientes.

El dolor nos afecta y nos asusta. Somos sensibles a la pena y nos estremece. Sentimos la pérdida y nos provoca miedo. Odiamos la oscuridad y la tememos.

Los diablillos tienen pensamientos básicos y no sienten demasiado miedo.

Los vermai no piensan y no le temen a nada.

Los dremora desarrollan pensamientos profundos y deben controlar el miedo para lograr vencerlo.


EL VÍNCULO DEL CLAN

No hemos nacido; no tenemos padres ni madres, aunque disponemos de nuestros parientes y de los clanes.

La formación del clan es fuerte. Moldea tanto el cuerpo como la mente.

La formación del clan se basa en la fuerza y en el fin.


EL VÍNCULO DEL JURAMENTO

Servimos porque así lo elegimos. Estamos al servicio de los fuertes, para que su fuerza nos proteja.

Los clanes sirven por sus arraigadas tradiciones, aunque las tradiciones pueden cambiar.

Los dremora han servido durante mucho tiempo a Dagon, pese a que no siempre ha sido así.

Una tradición perdura cuando los vínculos de juramento perduran y existe confianza mutua.

Cuando los vínculos de juramento son débiles, surge el dolor, la pena, la oscuridad y el terror.


NUESTRA VISIÓN DE LOS HOMBRES

Quizá penséis que los diablillos son cómicos y los vermai brutales.

Y, entonces, ¿cómo os imagináis que os vemos a vosotros, humanos?

Vosotros sois la presa y nosotros los cazadores.

Los diablillos son los sabuesos y los vermai, los batidores.

Vuestra carne es dulce y cazar es divertido.

Al igual que vosotros, a veces, elogiáis al zorro y a la liebre, admiráis tanto su astucia como su velocidad y lamentáis cuando los sabuesos desgarran su piel, nosotros también, en ocasiones, admiramos a nuestra presa, y aplaudimos secretamente cuando burla nuestros cepos y escapa a nuestra persecución.

Sin embargo, como todas las cosas del mundo, con el tiempo os desgastaréis y os consumiréis. Vosotros envejecéis, os convertís en personas feas, débiles y estúpidas. Tarde o temprano, siempre acabáis perdidos.

A veces, la presa nos ataca y nos muerde. Es poca cosa. Cuando nos hiere o nos cansa, salimos volando para recuperarnos. A veces está en juego algo valioso, aunque ese riesgo hace que la caza sea mucho más dulce.


EL MISTERIO DEL HOMBRE

El hombre es mortal y está condenado a la muerte, al fracaso y a la pérdida.

Esto sobrepasa nuestra comprensión: ¿por qué no os desesperáis?

La Biblioteca de Tamriel: OBLIVIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora