Reparación de Armaduras

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Anónimo


ARMADURA LIGERA

Hay dos tipos de armadura ligera: metálica y no metálica. Flexible, élfica, de mithril y de cristal son ejemplos de armadura ligera metálica. El lector quizás se sorprenda de que el cristal se considere metálico, pero las apariencias engañan. Lo que nosotros llamamos cristal, no se parece en nada a las ventanas que hay en las casas. Este material verdoso es mucho más fuerte y tiene un punto de fundido mucho más alto.

Las armaduras no metálicas son de piel y de cuero. Para estos tipos de armadura, el martillo es menos útil que el kit de costura. Para volver a coser este material tan grueso, se necesita un punzón afilado. Los agujeros normalmente se remiendan con tela suelta. La norma es que, cuando hay que remendar un remiendo, ha llegado la hora de tirar la armadura y conseguir otra nueva.

En ocasiones, la armadura metálica puede necesitar un parche. Normalmente se puede reparar golpeando con el martillo los trozos rotos para volver a unirlos. Las élficas y las de mithril se reparan mejor si se calientan. La flexible suele ser lo bastante maleable como para repararla en frío.

La más complicada es la de cristal. Si se golpea con un martillo cruzando la dirección de la fibra, se corre el riesgo de hacerla añicos. Siempre que sea posible, se deben alinear los golpes de martillo con la dirección de la fibra. En casos extremos, coloque la armadura en una balsa de aceite. Coloque el yunque de manera que la parte afectada esté sobre él, un poco por debajo de la superficie de aceite. Las vibraciones de los golpes de martillo serán absorbidas por el aceite, por lo que será menos probable que el cristal se rompa.



ARMADURA PESADA

La armadura pesada debe diseñarse de manera que pueda soportar muchos golpes. Recibirá golpes directos provenientes de todo tipo de armas, protegiendo a su portador. Este tipo de armadura suele estar hecha de pocas piezas grandes, en lugar de llevar muchas piezas pequeñas como la armadura ligera.

El hierro y el acero son materiales fáciles de trabajar. Sólo hay que calentarlos y devolverles su forma original. También puede utilizarse una hoguera para las reparaciones en campo. Debe evitarse limar y quitar el metal. Siempre es conveniente conservarlo y devolverle su forma anterior.

Si hay un trozo que necesita muchos golpes de martillo, podría debilitarse. Si se recaliente la armadura de vez en cuando, se puede reducir la fragilidad tras varias reparaciones. Una vez golpeada con el martillo, es necesario lubricarla bien. Las superficies recién martilleadas se oxidarán más fácilmente y es necesario protegerlas.

Las armaduras de enanos y orcos necesitan martillos pequeños y grandes. El calor debe aplicarse con mesura, especialmente con las de los orcos. Ambos tipos de armadura reaccionan mejor con muchos golpes pequeños de martillo que con pocos golpes fuertes.

El ébano sólo se puede golpear con martillo si antes ha sido calentado. Si se golpea en frío, surgirán pequeñas grietas que acabarán rompiendo el material. Las daédricas siempre deben trabajarse por la noche... lo ideal es hacerlo con luna nueva o llena, y nunca durante un eclipse. Lo mejor es con una luna roja de la cosecha.


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