¿No me dirás "Oppa"? + jeon jungkook ೃ⁀➷ IDOL

Jungkook II (Capítulo Especial)

전 정국

- Señorita, ¿se encuentra bien?

Me coloqué detrás de donde Jimin se estaba hamacando y tomé las cadenas del columpio, mirando hacia los ojos de la niña llorando al tiempo que esta alzaba su acuosa mirada hacia mi persona.

- ¿Uh? - me observó perpleja. - J-jungkook... - achicó sus ojitos haciendo un puchero y rompió en llanto otra vez.

Mi corazón flaqueó. No sé por qué, pero desde que la conocí, sentía el fuerte impulso por protegerla todo el tiempo. Ella parecía haber creado un escudo, se mostraba alegre e inquieta todo el tiempo y fingía que las cosas no le afectaban. Pero yo podía ver a través de eso. Solo lo hacía para proteger a sus unnies, se hacía la fuerte para ellas, pero en realidad necesitaba que alguien la protegiera a ella. Pude notarlo aquél día en el hospital, cuando quiso irse y la detuve... En realidad ella se encontraba muy mal aquél día, pero lo ocultaba, intentando que todos se sintieran cómodos y no se preocuparan. Pero yo estaba muy preocupado.

¿Por qué? Pues ya lo dije... No tengo idea.

Rodeé el columpio hasta llegar frente a ella y la hundí en un abrazo, a lo cual ella me rodeó con sus brazos tomando de atrás mi buzo con sus dos manos y apuñándolo, ocultando su carita en mi pecho, para que pudiera llorar todo lo que quisiera.

- Jiminie... ¿quién te hizo llorar? - sentí el calor subiendo a mis mejillas cuando noté la forma en la que la había llamado.

Como si leyera mis pensamientos, alzó de inmediato su mirada hacia la mía sin soltarme aún, y abrió los ojitos como platos, pareciendo un cachorro.

- ¿A... Acabas de llamarme Jiminie?

Desvié la mirada y me solté de su agarre, avergonzado.

- ¿D-de qué hablas? Estabas llorando, habrás entendido mal...

No me dí cuenta que me había alejado de ella con brusquedad y sus bracitos permanecían extendidos mientras me observaba. Dejó caer su cabeza a un costado y abrió y cerró sus puños varias veces, como si se sintiera incómoda al no aferrarse más a mi buzo... Como si me estuviera reclamando que volviera a acercarme.

Sin pedirme autorización alguna, mi cuerpo se movió automáticamente hacia ella, enviando escalofríos por cada partícula de mí cuando Jimin volvió a aferrarse a mi buzo, pero esta vez en mi pecho, provocando que se arrugara y jalándome suavemente hacia ella, a lo que yo dí un paso torpe hacia su persona y volvió a ocultar su rostro.

¿Qué le habían dicho o hecho para que se mostrara así? Tan frágil y... herida.

- No te vallas. - susurró aún contra mi pecho, logrando una voz ahogada que oí por pura casualidad.

- ¿Qué?

- Quédate conmigo un rato más.

Solté una risa sarcástica.

- ¿Que me quede? Jiminie... me quedaré lo que sea necesario y luego te acompañaré a casa... - alzó su mirada de golpe nuevamente. - Y sí... - solté, antes de que dijera lo que sea. - Te llamé Jiminie.

Una sonrisa comenzó a dibujarse en sus labios y me la contagió. Esta niña me iba a terminar ocasionando un paro si continuaba sonriendo de aquella manera.

Me saqué el buzo y se lo dí a ella, para que se cubriera con la capucha, y acto seguido, me senté en el columpio junto al suyo. Se lo puso y alzó los brazos, sacudiéndolos en un gesto gracioso que me demostraba lo gigante que mi buzo le quedaba con su pequeña figura. Luego de permanecer un rato en silencio, no pude aguantar más la ansiedad.