Kissed by the sun ━ Jaime Lannister [2]

♕Capitulo 14|LEONOR♕

{Alanna de bebé ^^}

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                        SANSA, MYRCELA Y ARYA BORDABAN CON LA SEPTA, Alanna las observaba desde un rincón de la habitación con sus muñecas, sin embargo notaba cierta distracción en mi pequeño bebé que antes no había notado.

Alanna tenía una línea recta formando sus cejas y sus ojos, grandes y verdes permanecían quietos sobre el movimiento de las manos de Sansa al bordar, parecía estar ahí... Pero en realidad.

De pronto la mirada de inocencia en sus ojos se había esfumado y me había parecido verla tal cual estaban las jovencitas ahí, con vestidos hermosos y peinados ostentosos, aprendiendo una cualidad necesaria en una dama. De pronto yo vi a mi pequeña bebita como una mujer y sentí que mi pecho se contraía pesadamente.

---Mami --- su suave voz me saco de mis pensamientos, Alanna tenía cinco años pero cuando hablaba no los representaba --- No quiero aprender a bordar, pero debo hacerlo ¿No es así?

Sonreí y acaricie su largo cabello ondulado y rubio, como el de su padre.

---Es lo que exige la cultura, cielo.

---¿Y si quiero blandir una espada? O ¿Usar un arco? Me gustan los arcos, porque quiero ser como tú

Apoyé mis dedos en su barbilla y examine esos ojos idénticos a los de su padre.

---Podrás hacer lo quieras, y aprender lo que quieras, nadie puede decirte nunca quien debes ser, solo tú debes decidir sobre tu destino ¿Comprendes amor? En el futuro habrá mucha gente así, pero tú, Alanna Lannister Tully, debes seguir tus propios instintos y siempre ser tú misma

Alanna sonrió y soltó a su muñeca como si hubiera tenido la peste, en ese momento, uno de los guardias reales entró por la puerta provocando que todas las niñas giraran sus cabezas hacia él, el hombre rebuscó con su mirada en toda la sala hasta encontrarse conmigo y asintió levemente con la cabeza. 

---My lady --- se acercó a mí mientras Alanna se aferraba a los pliegues de mi vestido --- Lord Stark la necesita en su despacho. 

Asentí algo confundida, me incliné hacia Alanna y le susurré que volviera con la septa, aunque su hermoso rostro se arrugo ante la petición, ella obedientemente se fue hacia donde le indiqué y posteriormente me marché en silencio tras el guardia real. 

Desde que habiamos vuelto a Desembarco del Rey, no había tenido tiempo de ver a mi cuñado, entre sus quehaceres como la nueva mano del Rey y su poco tiempo para entender los gustos de Sansa no habíamos coincidido en ningún momento y me sentía bastante intrigada al haber sido llamada a los aposentos de la mano del Rey.