Kissed by the sun ━ Jaime Lannister [2]

♕CAPITULO 27| Jon♕

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Todo estaba a oscuras, mis pies pisaban un charco de agua como si estuviera dentro de un túnel. Otra vez la voz de esa mujer diciendo ese nombre comenzó a rebotar por todas partes y llegaba a mis oídos. "Aegon" una, dos, tres, cuatro veces hasta que nuevamente apareció su sombra, era una mujer de mi estatura, con el cabello negro como el alquitrán y su cabello se movía como si hubiera viento, ella no volteaba, pero caminaba delante de mí repitiendo ese nombre una y otra vez, su vestido de color perla brillante no se ensuciaba ni mojaba mientras caminaba y yo la seguía, como si no supiera hacer otra cosa y cuando estiraba mi mano para alcanzarla, ahí siempre, despertaba. 

  — Con un carajo, Snow, ¿No pensabas despertarte? Seguro bebiste mucho anoche 

Me froté los ojos y miré a mi hermano, pasando hacia mis ropas en el suelo y lanzandolas sobre mí.  

  — No bebí casi nada 

— Se suponía que debías celebrar —  reprochó acercándose a la salida de la tienda, cuando yo me estaba sentando en la cama de paja. 

— Yo no iba a celebrar nada, tu sabes que yo tampoco estoy...

— Lo sé —  se detuvo dándome la espalda —   pero quiero que estés alegre por mí. Al menos.

Me puse los pantalones como pude. 

— Al menos, hermano, debiste haber esperado a que la guerra acabase, al menos debiste hacer al viejo de Walder Frey, sabes bien que no debió haberse tomado la noticia tan a la ligera, ese viejo de pacotilla no olvida. 

—   Tendrá que hacerlo — respondió girando media cabeza para verme con seriedad — Nos necesita, Frey no tiene ejercito alguno. 

Resoplé frustrado y bajé los hombros. —

— Como tu digas —  arquee buscando mis botas cuando volví al sueño —  oye, Robb —  él ya había puesto sus manos en la cortina para salir —  ¿Alguna vez padre te mencionó algo sobre algún Aegon? 

Robb me miró con una ceja enarcada. 

— No que yo recuerde, ese se parece mucho a un nombre que llevaría un Targaryen Jon, ¿Porqué me lo preguntas? 

Encogí mis hombros y rasqué mi cabeza. 

— Por nada, lo oí cuando era pequeño —  mentí —  y lo recordé ahora. 

Robb movió la cabeza. 

— Tal vez no debí despertarte tan temprano, mírate, preguntas cosas sin sentido.