Kissed by the sun ━ Jaime Lannister [2]

♕Capitulo 3|JAIME♕

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         EL GRITO DE LEONOR RETUMBÓ EN TODAS LAS PAREDES, la partera aún no me dejaba entrar a estar con ella y no entendía porqué. Tenía a Seth sentado en mi regazo nervioso, jugando con unos caballos de madera mientras él cantaba la canción que su abuelo le había enseñado. 

         Las lluvias de Castamere no venían muy al caso, me ponía los pelos de punta escucharla de los labios de mi primogénito, sobre todo porque no sabía como estaba mi esposa dentro de nuestro aposento. 

         Otro nuevo grito de mi esposa provocó que me levantara de la silla de un salto y le entregase a Seth a la doncella de Leonor, escuché sus quejas a mis espaldas, diciéndome que no podía entrar todavía pero ya no podía más con la inseguridad. 

        Abrí las puertas de par en par encontrándome con la partera asomada entre las piernas de Leonor y su ayudante corriendo con paños húmedos para detener la sangre. 

       Mis ojos se encontraron con los de mi esposa y su mirada suplicante. 

       ---¡Donde estabas!--- gritó desesperada

       ---No me dejaban entrar, pensé que tú no querías que yo...

       ---¡No quería! --- gritó cerrando los ojos --- pero ya no me importa. 

       Extendió su mano a mí y cerró sus dedos alrededor de la mía apretando con fuerza, me senté a su lado y puse cabeza en mi pecho. 

       ---No me dejes sola Jaime, por favor --- susurró débilmente

       ---Nunca, te lo prometo 

       Besé su frente y luego la partera le pidió pujar. 

       De pronto me sentí como un Deja Bu, no pude evitar la primera vez que vi el rostro amoratado de Seth, cuando sus ojos verdes me vieron a los míos y lloró con una fuerte e imponente voz. Tampoco pude evitar recordar como Leonor lloró al tenerlo en sus brazos y como ella me sonrió, feliz, sin miedo. 

      Los dedos de Leonor se aferraron con fuerza a mí cuando emitió su ultimo grito acompañado de su ultimo esfuerzo, el silencio reinó por un segundo muy largo hasta que de pronto, el delicado llanto, tan suave y puro inundó mis oídos. 

      La partera la envolvió en una manta y la llevó a otro lugar de la habitación para limpiarla.

      ---Ve, asegúrate de que esté bien --- murmuró Leonor adolorida.

     La ayudante de la partera comenzó a atender a mi esposa y yo me dirigí hacia la partera, ella limpiaba a un bebé con la piel rosada y con unos ojos verdes tan brillantes que creí que eran del color del sol, la envolvió en una manta limpia y me la entregó en mis brazos con una sonrisa orgullosa.

       ---Felicidades señor, es una niña

        Un gemido se escapó de mis labios y callé de inmediato cuando se me humedecieron los ojos, ella era la cosa más hermosa que pudiese haber visto con mis ojos, después de su madre. Volví con ella hasta donde descansaba Leonor, la partera y su ayudante se encargaban de limpiar la sangre escurrida. 

        ---¿Esta bien? ¿Jaime? ¿Por qué no dices nada? 

        La miré cargando a nuestra hija en su dirección y sonreí embobado, Leonor no comprendió sino hasta que llegué a ella y deposité a la niña en sus brazos. Sus ojos humedecidos por la emoción y la felicidad no tardaron en buscarme, de pronto de manera inesperada sus dedos encontraron una de mis manos y la aferró con fuerza. 

       Podría interpretar ese momento como cualquiera, tal vez esa mirada tan pura me decía lo que yo no me atrevía a decirle; que la amaba. ¿Ella me amaba también? 

       ---¿Pensaste en un nombre? --- preguntó Leonor apartando su mirada de mi al igual que su mano de la mía inesperadamente --- dijiste que tenías pensado dos nombres, uno si era niña y otro si es niño. 

        ---Y es una niña --- susurré deslizando la yema de mis dedos por el suave rostro de mi hija. 

       --- ¿Y cual es el nombre entonces? 

        ---Alanna -- murmuré mirando a Leonor --- Alanna Lannister. 

        Leonor sonrió angelical y por un momento creí que las distinciones habían quedado de lado, pero estaba esquivado; seguía siendo el idiota enamorado. 

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       DÍAS DESPUÉS, estaba sentado en mi despacho, ordenando algunos papales importantes cuando uno de mis guardias fieles llegó con una pergamino de desembarco del rey. 

       ---Gracias Harold, puedes retirarte

       Cuando se marchó y me quedé a solas, abrí el pergamino.

"Lancel Lannister sigue frecuentando los aposentos de la Reina. Pero aún no obtengo pruebas suficientes para afirmar el hecho que ambos sabemos que es cierto, espero verlo pronto por estos lados

Varys"

      Arrugué el papel entre mis dedos y lo guardé en uno de los cajones de mi escritorio enfurecido.

"Oh, ser Jaime, ella se coje a Lancel Lannister y a la montaña a espaldas suyas y las del rey Roberth" 

         Entrecerré los ojos y batí mi cabeza, quien quiera que haya sido ese asesino, sabía que era verdad lo que decía, y ahora Varys me lo confirmaba, Lancel seguía cogiéndose a Cersei en mi ausencia ¿Es que acaso Cersei estaba enferma de la cabeza? 

        De cualquier modo, iba a encontrar una forma de asegurar la verdad y demostrarle a Leonor que esos hijos no eran míos y que mis únicos hijos eran Seth y Alanna, los únicos por los cuales iba a dar incluso, mi vida si era necesario. 

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