Kissed by the sun ━ Jaime Lannister [2]

♕CAPITULO 36 | Jaime♕

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---Riverrun no es su hogar, no debe ser enterrado aquí --- murmuró Robb con la voz queda.

Llevaba horas sentado a unos centímetros del cuerpo sin vida de Jon Snow, sin moverse, sin comer. Y no era el único, mi hija Alanna estaba junto a Robb secándose las lágrimas de vez en cuando y la "madre de dragones" aunque lo hacía por respeto, tampoco se había movido del lugar... Y cuando ella se iba, Seth la acompañaba.

---Winterferll tampoco es su... --- intervino Cat Stark.

---¡Winterfell es su hogar!

El grito de Robb retumbó en todo el salón, la Reina de dragones, Daenerys incluso dio un brinco ante tan exaltado grito y lo miró confundida. Yo pensé, parado junto a la puerta, observando la escena, qué tan equivocado estaba ese chico que perdió el norte; pues ni él ni los demás, tenían la vaga idea de quien era en realidad éste "chico Snow" quien toda su vida había sido nombrado "bastardo" no había sido nada más y nada menos que el legitimo heredero al trono de hierro, y entonces... estaba muerto.

Parecía una locura. Y yo, con una mano, me sentía atado, quería ayudar y no tenía ni la más mínima idea de como.

---Winterfell siempre ha sido su hogar --- prosiguió Robb tras levantarse, se detuvo cerca del inerte cuerpo de Snow y lo miró fijamente --- siempre ha sido su hogar.

Alanna, se levantó delicadamente arrastrando su vestido blanco con bordados rojos hasta acercarse a mí y sonreírme a medias, con un dolor que evidentemente la molestaba.

---¿Y mi madre?

---Arriba, aun en shock, si vas a verla... te lo agradecería.

Alanna suspiró.

---Ella es fuerte, lo superará --- su voz se quebrajó en la ultima palabra, tomé su mano delicadamente.

---¿Y tú lo harás?

Había un dicho, que mi padre siempre nos decía en nuestra juventud, ese "Cuando tu vas yo vengo de vuelta" y esta vez, no habría podido quedar mejor. Podría estar más viejo, no tener un mano y no luchar como en mis veintes, pero si algo sabía, era conocer a mis hijos. No tenía que ser ciego para darme cuenta de cuanto le había dolido a Alanna la muerte tan repentina de Jon, ni tenía que cuestionarme mucho el hecho de que pasara horas sentada y llorando frente a su cuerpo para saber que ella, de algún modo... le importaba.

---No sé de que hablas, papá

Acaricié su rostro de porcelana y le sonreí, iba a abrir la boca para decirle mi frase de papá, cuando el estruendo de un carruaje arrastro sus ruedas sobre la tierra fría y el movimiento de guardias alertados por la llegada nos había hecho apartar la mirada uno del otro.

Rápidamente me moví hacia el asunto y me quedé de pie observando como un hombre de ropas negras y regordete daba un brinco al suelo con suma urgencia. Miró hacia todos lados y al vernos se acercó precipitadamente.

---Debo suponer que usted es Lord Lannister.

Bufé.

---No Lord, pero sí Lannister

El chico, regordete batió su cabeza con una sonrisa nerviosa y llena de tristeza.

---Lo lamento

---Soy Alanna Lannister, éste es mi padre Jaime Lannister --- Miré a Alanna de soslayo, su personalidad no dejaba a cuestas a nadie, siempre blanda, siempre fuerte... como su madre --- tú debes de ser Samwell Tarly, Jon... me habló mucho de ti.

---Oh --- musitó el joven con un suspiro quebrado por la tristeza --- Mi buen amigo Jon --- el chico bajó la vista y se limpió la cara, de lagrimas tal vez y luego de un triste silencio volvió a mirarnos --- ¿Dónde...?

---Por aquí, te llevaré --- Alanna dio la vuelta, pero la detuve.

---No, lo llevaré yo --- ella me frunció las cejas y su no hubiera sido rubia, yo hubiera jurado ver a Leonor --- creo que será mejor que vayas a ver a tu madre, te... necesita. Todo estará bien aquí, Snow no se moverá a ningún lado.

---Como tú digas, padre

Un refunfuño cualquiera, que hasta el chico Sam, en su tristeza, sonrió por la actitud juvenil de mi hija.

Cuando Alanna desapareció, Samwell se detuvo antes de entrar por la puerta y se palmeó la frente como si hubiera olvido algo.

---Lo siento, es que no vengo solo...

---¿De que hablas?

---Ahí, en el carruaje viene una mujer acompañándome

---¿Tu esposa?

---No, dioses --- exclamo --- pero antes, yo debo hablar con el hermano de Jon.

Enarqué una ceja y le dejé pasar, lo seguí en silencio, claramente no acostumbrado a éstas cosas. Samwell se acercó a Jon y tras presentarse, oí que volvió a mencionar a la mujer del carruaje.

---¿Estás seguro?

---No del todo, mi Rey. Pero... confiamos en ella.

---Pues tráela.

Samwell asintió y tomando su capa de pieles arrastró los pies fuera del salón haciendo mucho ruido, Robb me miró nervioso, pero seguro de sí mismo.

---¿Traer a quien? --- le pregunté

---A una bruja --- murmuró --- una bruja que revive muertos.

La palabra pasmado, se había quedado corta para descifrar mi reacción, había escuchado de todo a lo largo de mi vida, pero ¿Una bruja que resucita muertos? Jamás. 

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