Kissed by the sun ━ Jaime Lannister [2]

♕CAPITULO 37 | Robb♕

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Cerramos ventanas, se prendieron velas y se limpió una mesa, un par de mis hombres tomaron el cuerpo sin vida de Jon y lo pusieron sobre ésta; Y la mujer, esbelta y de cabello rojo como la sangre, se dedicó a limpiar las heridas y la sangre seca de mi hermano, hasta el ultimo rastro de sangre y mugre, luego, prendió más velas y cortó un par de cabellos de Jon, los llevó a una fuente que emanaba fuego y antes de tirar los cabellos de Jon ahí, susurró unas palabras en un idioma extraño.

Miré a Samwell Tarly, asustado, pero no me atreví a decir nada.

En un rincón de la habitación, tal vez juzgándome, estaba Jaime Lannister... quien lo viera, parecía irreconocible a sus días a de gloria, no solo porque los años estaban pasando sobre él, cualquiera no notaria que pasa los 40, sim embargo sus típicas ropas doradas habían sido cambiadas por capas de piel negras y botas sureñas, incluso su melena rubia tenía algunos vestigios de la edad que lo comenzaban a acechar. Nadie diría que aquel hombre, antes había sido un enemigo natural.

El amor era capaz de cambiarlo todo, supuse.

La mujer, cuyo nombre no recordaba, repitió una frase una y otra vez al parecer sin tener mayor éxito, Sam se precipitó hacia ella y la mujer le devolvió la mirada con una negativa.

---¿Qué? ¿Qué pasa? --- pregunté impaciente.

Ella me miró con angustia y volvió su rostro a Jon, suspiró y volvió a verme, negando con la cabeza.

---Lo siento yo... --- susurró, con tristeza, avanzando a nuestro lado para desaparecer del salón.

La quedé mirando irse con una sensación incomoda dentro de mí. No tenía idea de lo que había hecho, pero Sam había dicho que ella iba a poder traerlo de vuelta.

---¿Por qué no esta vivo? --- pregunté molesto.

---No dio resultado, Robb... tal vez ella... tal vez en otro momento --- respondió el regordete.

---No habrá otro momento --- exclamé, acercándome al cuerpo sin vida de mi hermano --- quiero que todos se vayan, ahora.

---Pero Robb --- intervino, Sam

---¡Déjenme a solas, ahora!

Cerré mis ojos y golpeé la mesa, al abrirlos, Jaime se acercaba calmadamente tocando el hombro de Sam.

---Vamos chico, dejémosle un tiempo a solas...

Por mecánica, le asentí a Jaime como si le agradeciera lo que hacía, aunque por dentro no quería demostrarle ni un tipo de afecto o razón, no iba a doblar mis manos con mi desconfianza.

Al sentir la puerta cerrarse, me senté en un banco cerca de donde Jon "dormía" y cubrí mis ojos con mis manos, sintiendo solo el sonido del fuego quemando la madera en la chimenea.

Todo se había ido al carajo, no tenía que rememorarlo todo para saberlo, estaba ahí, en los hechos, me encapriché con la puta de Lannister y por esa razón perdí más de la mitad de mi ejército, mis hombres me dieron la espalda y ya no era más que el Rey que perdió el norte, nada.

Y mi hermano, el que había dejado la guardia nocturna y el haberse convertido en un guardia nocturno había acudido a mi en ayuda, creyendo en mí, confiando, en mí... y le había defraudado.

De pronto, en mi miseria, el sonido estruendoso de un respiro ahogado hizo que sacara las manos de mi cara y viera frente a mí; JON, semi sentado, respirando como si hubiera estado conteniendo el aire por mucho tiempo. 

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