Pokemon Genesis: La creación

Capítulo 25: LightHo-oh.

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NOTA: Este es otro especial, uno de mis favoritos personalmente hablando ya que cuenta la historia de un pokemon "original" por así decirlo y es un capítulo bastante gracioso en general en realidad, que lo disfruten.

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Odio el frió, siempre desde que fui creado lo odie. Esos humanos que juegan a ser dioses creando vida a partir de ciencia que no es más que números y letras sobre papel. Mi nombre es LightHo-oh, así es como me llamaron mis creadores, según lo que sé estoy inconsciente, probablemente ahora me estoy ahogando en medio del mar y sólo sigo vivo porque el agua no puede entrar en mi cuerpo de fuego, pero eso no durará mucho, si estoy por morir al menos quiero recordar cómo fue mi vida, fueron pocos días los que viví así que no habrá mucho que recordar...

Lo primero que vi fueron unos científicos con batas blancas en un laboratorio no muy grande lleno de máquinas en los muros, todo es borroso a través del contenedor lleno de líquido burbujeante en el que me encontraba. Al alzar un poco la vista pude ver un cristal enorme que sirve de ventana para un hombre de traje negro que me observaba fijamente con una mirada fría y calculadora, al lado de él habían un par de sujetos con uniformes negros y una R roja en sus uniformes, cuando me fije bien note que el hombre también tenía una R roja más pequeña en un bolsillo de su traje, justo en frente del corazón. Luego de eso oí un sonido extraño, poco después supe que era el de mi recipiente quebrándose, mis ojos se cierran de golpe por la luz que entraba en ellos, pero aún con ellos cerrados pude sentir un escalofrió recorrer mi cuerpo e involuntariamente empece a temblar, esa fue la primera vez que sentí el frió, la primera vez que sentí algo, cuando volví a abrir mis ojos note a los científicos alrededor de mi viéndome con una sonrisa de satisfacción, note una pantalla que había cerca donde me vi por primera vez a mi mismo, era un pokemon enorme con alas de cerca del doble del tamaño de mi cuerpo, con una cresta sobre mi cabeza y un pico extrañamente largo, era blanco casi en mi totalidad con unas cuantas tonalidades grises, oigo que uno de los científicos se refirió a mi como LightHo-oh y supuse que ese era su nombre, se me hizo difícil caminar en un principio pero logre hacerlo rápidamente.

Después de eso fui llevado a un lugar enorme hecho de metal de color negro con líneas azul eléctrico por todos lados, me dejaron ahí solo y una voz fuerte salio de la nada indicándome que destruyera los objetivos, de uno de los muros salieron unas esferas de metal con un lente y empezaron a flotar a mi alrededor. No sabía qué hacer así que sólo me quede observando cómo estas giraban en total sincronía, la voz volvió a decirme que destruyera los objetivos, pero no sabía cómo así que sólo seguí observándolos con total tranquilidad. Pude escuchar el sonido de un botón presionándose y las esferas empezaron a lanzar rayos contra mi, eso dolió bastante y siguiendo mi instinto use mis alas para cubrirme, sin embargo después de unos segundos me enfurecí y un aura rosada salio de mis ojos la cual empezó a cubrir a las esferas, estas pararon de girar así como de atacar, empezaron a vibrar justo en dónde estaban. Hice más fuerte el aura que emanaba de mi mirada y las esferas terminaron por aplastarse hasta que expulsaron chispas por todas partes, suspire aliviado pero mi alivio no duró mucho ya que escuche la voz otra vez y está dijo "de nuevo", más esferas como las otras empezaban a salir y lanzaban los rayos aún más fuerte, danzaban a mi alrededor lastimándome como si no les importara, empece a darme cuenta de que esas esferas eran malas así que esta vez no perdí el tiempo, lance una ráfaga de fuego de mi pico fundiendo todas las esferas, sin previo aviso salieron muchas más de los muros que atacaban de todas formas y en todas direcciones.

Por primera vez me enfurecí, descubrí pronto que eso se volvería un habito, ataque a todas con mis poderes psíquicos a la vez que mi fuego las consumía, pero aún quedaban más y más. Con toda la furia que tenía uní mis alas punta con punta y con un alarido expulse un mar de fuego blanco de ellas, el fuego parecía agua por cómo se movía y derretía todo a sus paso, los muros estaban al rojo vivo mientras veía a una de las cámaras con una mirada de furia, sabía que del otro lado me veía ese humano con una R roja en el corazón, después me dijeron que su nombre era Giovanni.