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NOTA: Cada tanto en la historia voy a escribir partes como esta, no influyen en la trama principal pero son capítulos"especiales" por así decirlo que dedico a personajes secundarios (y a algunos no tan secundarios) para que los conozcan mejor y sepan un poco más del trasfondo que solemos reservarnos los escritores para nosotros, considérense afortunados :D sin más que añadir los dejo con el capítulo.
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Mi nombre es Deoxys, o así me llaman en este planeta, sinceramente había pasado tanto tiempo que no me llamaban por mi nombre original que termine olvidándolo así que acepte el que me pusieron los humanos, son una especie bastante peculiar a decir verdad.
Yo solía vivir en un planeta donde mi especie era la dominante pero que aun así convivía en perfecta paz y armonía con los demás seres que lo habitaban, éramos considerados Dioses para algunos debido a nuestro inmenso poder, el más grande que existía en ese lugar, también debido al hecho de que vivíamos miles de años sin mencionar que éramos capaces de regenerarnos de cualquier daño tras un corto periodo de tiempo siendo necesario solo que nuestro cerebro, el cual llevamos en el pecho, siguiera con energía, muchos de nosotros decidimos abandonar nuestro planeta para explorar más halla de él los confines del espacio en busca de otras formas de vida, algunos usamos nuestra extraordinaria velocidad para surcar el espacio mientras que muchos otros para ahorrar energía en viajes largos usábamos meteoritos o cometas como medio de transporte, algunos inclusive perdieron sus cuerpos físicos y acoplaban sus cerebros a la gigantesca roca en espera de que esta impactara algún planeta para poder liberarse, en mi caso opte por la opción más sencilla, simplemente monte un cometa hasta ver donde me llevaba, los viajes normalmente duraban decenas de años pero el mío duro más de un siglo sin hallar ningún planeta cercano que albergara vida.
A pesar de que vivamos muchos siglos y que nuestra especie poseía la fama como la más paciente de todas yo ya me estaba empezando a molestar por no encontrar un buen lugar para explorar, no podía regresar a mi planeta natal ya que sería casi imposible encontrarlo tras haber recorrido tanta distancia, cuando mis esperanzas yacían por el suelo y creía no poder más el cometa en el que andaba choco contra un meteorito lanzándome fuera de él hacía los confines del espacio, añoraba la muerte ese día, pensaba que pasaría el resto de mis días vagando errante por el espacio sin camino y sin destino hasta que mi tormentosa partida llegara, afortunadamente en un drástico giro del destino aviste a lo lejos una estrella mediana con un poderoso brillo naranja rodeada de varios planetas, mi gozo fue enorme al verle ya que a diferencia de las otras que había visto esta parecía ser joven aun y tener planetas sólidos orbitándola, rápidamente me dirigí a ella cuando un meteoro me golpeo por la espalda obligándome a permanecer en él y seguir su curso, este se dirigía a un planeta lejano de la estrella que era casi del tamaño de la misma, con una masa así su gravedad me destruiría aplastando cada célula de mi cuerpo, cerré mis ojos temeroso de mi aparentemente inevitable final cuando sentí que una fuerza invisible me alejaba de ese enorme planeta para dirigirme muy lejos de ahí, fue grande mi gozo al sentir que el meteoro disminuía su velocidad al punto de permitirme zafarme de él aferrándome con cuidado a su superficie siendo un cómodo pasajero en su viaje.
Tras días de calma espere a que el meteoro me llevara a un buen planeta con vida y que no causara mucho daño en él ya que se había roto bastante desde que lo aborde, era de tan solo unos 100 metros y no sería ningún problema para el planeta en el que aterrizara, de un momento a otro sentí un aumento de la velocidad, vi que se dirigía a una enorme masa rocosa estática color plateado con cientos de cráteres en él, no me pareció un buen lugar para explorar ya que prácticamente nada daba indicios de que una criatura pudiese subsistir allí, decidí abandonar mi transporte dejándolo que siguiera su rumbo, me puse a observar los alrededores hasta que observe un planeta un tanto peculiar, poseía enormes cantidades de agua en su superficie y juro haber visto extrañas luces en la parte oscura de él, era el tercer planeta más cercano al sol así que supuse que su temperatura seria adecuada así que me termine decidiendo por verlo, tarde todo un día en llegar a él ya que cuidaba mi velocidad para no lastimarme al entrar en su atmósfera, aun con toda mi precaución no pude evitar chamuscarme un poco al entrar aunque no me dolió mucho ya que duro pocos instantes, al estar tan acostumbrado a la gravedad cero perdí el control y me precipite frenéticamente al suelo dejando un agujero en el lugar donde caí quedando inconsciente.
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Pokemon Genesis: La creación
FanfictionEn la región Kalos, 4 poderosos pokemons fueron clonados a partir del ADN del antepasado de todos ellos, Mew. Los seres que inicialmente fueron hechos idénticos en inteligencia, fuerza, velocidad y sobretodo, poder, destruyeron el laboratorio en el...