Jimmy'Z es la discoteca más exclusiva de Monte Carlo. No tuvimos que hacer fila gracias a una buena propina. Miro el reloj: las doce y media de la noche y ya estoy un poco achispada. Tengo a Daniel pegado a mi como un chicle con su brazo rodeándome la cintura, cualquiera pensaría que somos novios.
Una rubia atractiva con largas piernas, unos pantaloncitos de satén negros muy sexis, una blusa sin mangas color roja y una pequeña pajarita color negra. Muestra una amplia sonrisa que revela unos dientes perfectos entre sus labios de color escarlata, a juego con la su blusa. Que se a comido con la mirada a Kyle y Daniel, este último que ni una flor le ha echado.
―Maxi prendra soin de vos vestes, mesdames.―dice la rubia refiriéndose a Giselle y a mi.
Un hombre joven vestido todo de negro de satén. Me sonríe a la vez que se ofrece a llevarse mi chaqueta. Sus ojos oscuros son amables y atractivos. Giselle le entrega su chaqueta y yo le entrego la chaqueta que por insistencia de Daniel me había puesto según él (para taparme el culo) porque se me veía todo. Maxi solo tiene que ocuparse de mi muy sonriente.
A mi lado Daniel se pone tenso atraviesa a Maxi con una mirada que dice a gritos: <<Apártate de ella ahora mismo>>. Yo ruedo los ojos y miró al pobre Maxi que se ha sonroja y nos entrega tanto a Giselle y a mi los tiquete de nuestra chaqueta.
―Viens avec moi, je t'emmènerai à ta table.―dice la señorita mini-short de saten a la vez que pestañea al mirar a mis amigos y mueve su larga melena rubia. Después se dirige a la entrada andando seductoramente.
Las luces son tenues, las paredes negras y los muebles rojos oscuro. Vamos a unos de los reservados en dos de las paredes negras y una gran barra con forma de triángulo en el centro. El suelo y las paredes vibran por la música que llega desde la pista de baile que hay detrás de la luces giran y parpadean, el dj es Jacob Plant y la tonada es Fire. La señorita mini-short de saten nos conduce hasta un reservado situado en una esquina que está cerrado con un cordón. Está cerca de la barra y tiene acceso a la pista de baile. Sin duda es el mejor sitio del local.
―Maintenant, quelqu'un vient prendre des notes.―nos dedica una sonrisa llena de megavatios y con una última sacudida de pestañas en dirección a mi acompañante, se va pavoneándose por donde vino.
―Tu, si que eres un pendejo.―dice Kyle poniéndose de pie.―esa mujer moría por lanzarse en tus brazos y tu pendien a culo de Val.
―Ay, ya.―me pongo de pie.―vamos a bailar.
Le cojo la mano a Giselle y literalmente la arrastró hacia la pista de baile. La música retumba por todas partes, un ritmo tecno con el sonido repetitivo de un bajo. La pista de baile no esta muy llena, así que tenemos un poco de espacio. Hay una mezcla ecléctica de gente, mayores y jóvenes por igual, bailando para consumir la noche. ¡Yo adoro bailar, la música nos envuelve!
El ritmo es muy pegadizo. Cierro los ojos y me rindo a el. Abro los ojos y veo que la pista se está llenando. Giselle, Kyle y yo nos vemos obligadas a juntarnos un poco más. Empiezo a moverme un poco más, valientemente.
Giselle está bailando con un rubio guapo. Ky por su parte está bailando con una pelirroja de senos grandes que baila muy pegadita a él... Sonrío y niego con la cabeza y un guapo que casi no puedo ver me pide bailar. Comencé a bailar de forma provocativa con la que siempre lograba que varias cabezas masculinas girase en mi dirección. Todo estaba bien hasta que sentí que el tipo comenzaba a meter su mano debajo de mi vestido, para tratar de tocarme.
¡Carajo! Me doy la vuelta y me encuentro a un gigante de pelo rubio con dientes de más y una sonrisa lasciva que muestra lo que quieres.
―¡Quítame las manos de encima!―gritó por encima de la musica altisima, a punto de sufrir un infarto por la rabia.―¿Quien carajo se cree este pendejo para tocarme a mi?
ESTÁS LEYENDO
Las Reglas del Abuelo
General FictionLa última voluntad de su abuelo es una noticia inesperada para ella. Y más al comprender que para poder continuar llevando la vida llena de lujos y comodidad debe casarse con un hombre que este ha elegido sin consultarle que no conoce. ¡Un desconoc...