La última voluntad de su abuelo es una noticia inesperada para ella. Y más al comprender que para poder continuar llevando la vida llena de lujos y comodidad debe casarse con un hombre que este ha elegido sin consultarle que no conoce. ¡Un desconoc...
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Arthur Pov.
Después de la misa en la iglesia todos fuimos al cementerio donde acompañaremos al pequeño monstruo a depositar los resto del señor Remington en el mausoleo familiar. El funeral transcurría con normalidad a pesar de que había más de uno que murmuraba sobre la vestimenta poco apropiada de la disque "señorita Remington" . Que iba vestida como si fuera a ir al concierto de alguna estrella pop que cante cualquier estupideces y que ganan millones.
Pero no era la única que iba vestida de forma tan extravagante...
Cuando llegamos en la entrada del mausoleo, se encontraba una mujer. Tal vez la mujer más elegante que he visto en toda mi vida. Debe encontrarse en la flor de la edad. Su cabello es tan oscuro que podría pasar por negro, alta, las facciones de su rostro son finas. Parece una condesa inglesa. Va vestida con un elegante vestido de color blanco.
Por el amor a Dios. ¿Que acaso no conoce el código de vestimenta para asistir a un funeral? Mucho se quedaron impresionado con la mujer pero la que parecia que habia visto a la muerte misma era Valerie Remington. En el rostro del pequeño monstruo aparecieron todas las emociones existen. Y todas eran negativas. "Enojo, confusion, desorientacion, furia, ira pura y tal vez... un indicio de instinto asesino"
La mujer de blanco se acercó al pequeño monstruo, para cruzar apenas unas palabras pero por la reacción de Valerie era evidente que la presencia de esa mujer no le gustaba para nada. El pequeño monstruo dio medio vuelta y camino de regreso hacia el estacionamiento sus amigos los que conocí esta mañana en la reunión fueron tras ella y luego Martha también. Nada de eso tenía sentido.
¿Quién era esa mujer?
El contador Craig, era el que se encontraba más cerca de mí. El viejo Craig parecía que iba sufrir un infarto. Desde yo trabajo en compañía que empecé desde lo más bajo de Valet Parking siempre me ha parecido un hombre que vive con el marcapaso averiado. Pero hoy en particular el viejo Craig parecia que queria hacerle compañía en el mausoleo a George. Craig sacó del bolsillo de su pantalón el mismo pañuelo blanco que usa siempre para secarse el sudor que le baja por su frente calva. El hombre tiene ochenta y cinco años y a trabajado como contador de River Beauty Corp, desde hace años. En mi opinión ese hombre deberia retirarse y disfrutar de su vejez en un crucero por las islas griegas, jugando golf o en su casa con su familia.
―Craig, ¿como se encuentra bien?―le preguntó
―no...no...―tartamudea. Y nuevamente se pasa el pañuelo que se podría exprimir con todo el sudor que contenía ese pedazo de tela y seguro llenaba la mitad de un vaso―Esto demasiado grave―mira nervioso hacia donde se encuentra el pequeño monstruo, sus compinches y Martha.
―¿Sabes quién esa mujer?―digo haciendo un gesto con la cabeza hacia la dama de blanco.
―Es...es la se..señora Vic..Vic... Victoria Crawford―sigue tartamudeando y esta mas palido que los muertos del cementerios. Y ya lo suyo no son nervios usuales en en su personalidad sino pánico―la madre de la se... señorita Valerie.
