Valerie Pov.
Casi me muero al escuchar eso.
No, no, no, no y ¡No!
Esa desgraciada no podía tener el control de mi herencia. Me rehúso a pensar que mi abuelo haya caído tan bajo solo para obligarme a cumplir con su retorcido deseo de darle un bisnieto varón. Y en definitiva ¿a él qué rayos le importaba? , ¿si me casaba ó no? O ¿si tengo un hijo varón ó no? De todos modos estar muerto.
¡Que jale las patas por la noche!
―¡No, es cierto!―chillo―¡No es cierto!―repito
Corro hacia donde Joseph y le arrebató la carpeta para leer es mentado papel que desde que comenzaron a leerlo me ha estado jodiendo la existencia. El papel contiene un montón de basura y términos legales que no entiendo. Leo los términos legales en lo que están establecidos las sucesiones para Kyle, Giselle, Daniel, Martha y Joseph. Voy hacia donde están lo que me importa la bendita clausura.
Lo encuentro y con letras ennegrecidas y bien grande está escrito lo que me interesa. Lo leo en voz alta porque de lo contrario no voy a ser capaz de creerlo. Y solo si lo leo yo misma escuchando mi propia voz me lo creeré.
―En caso de que mi nieta o Arthur no acepten mi deseo de que ambos unan sus vidas en sagrado matrimonio. Las acciones de R.B.Corp serán consolida hacia la bolsa, la junta directiva será despedida. Llevando a la empresa a la bancarrota. Y el resto de mis bienes pasarán a nombre de la viuda de mi hijo la señora Victoria Janette Crawford viuda de Remington
Mi mandíbula se abre de manera descomunal. Me cuesta tanto creer en lo que estoy leyendo pero se que es real porque lo tengo en mis manos, lo estoy viendo y he sido yo quien lo ha leído. Me siento tan abrumada que creo que me voy a desmayar.
―¿Puede hacer eso?―le pregunto directamente al tal Arthur que está tan atónito como yo.―Destruir la compañía sin autorización de la junta―le verdad me costaba creer enserio que eso fuera posible.—¿Es acaso legal? ¡Respóndeme!
―George era el accionista mayoritario, su porcentaje de acciones era del 90% los otros solo tiene cada uno 5.5% entre cada uno que hacer el 10% restante―responde su rostro es de pura conmoción.―Puede. Claro que puede destrozar la compañía en pedazo delante de todos nosotros y vender los pedazos al mejor postor.
―No es posible.―digo casi sin aire.―¡No puede obligarme hacer esto!―repito.
Apenas puedo respirar. ¡Me falta el aire! Siento palpitaciones, un golpeteo fuerte en el corazón que me retumba en los oídos. Me sudan las manos, me tiemblan las piernas. No creo ser capaz de poder mantenerme en pie.
―No es justo.―digo con la respiración agitada.
―Bueno entonces―habla La Araña que se pone de pie y se asila el vestido blanco de chiffon barato que seguramente compró por Wish.¡Como la detesto! Personas como ella no deberían existir.―Voy a buscar un asesor que evalúe la mansión Remington, ya que es mía.
―Te das cuenta de que no puedes vender un lugar que aún no tienes―le dice Daniel posicionándose delante de mí. Él siempre me protege y me defiende de todo el mundo, me trata como si fuera una muñequita de porcelana
―no quiero venderla―le sonríe con una sonrisa que me da nauseas―Cuando me mude, necesito evaluar el patrimonio y los gastos que convella
Eso fue todo. Mi cuerpo no soportó la carga emocional, ya no puedo mantenerlas bajo control. ¡Colapsó! El fuerte golpeteo de mi corazón retumbando enloquecido en mis oídos, las piernas me fallan y caigo al suelo. Mi cabeza golpea el suelo. Un dolor agudo se extiende por dentro de mi cabeza. Me parece lejanamente escuchar alguien decir mi nombre. Pero es muy lejano. Me cuesta mantener los ojos abiertos, la oscuridad me rodea y ya no veo ni oigo... nada
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Las Reglas del Abuelo
General FictionLa última voluntad de su abuelo es una noticia inesperada para ella. Y más al comprender que para poder continuar llevando la vida llena de lujos y comodidad debe casarse con un hombre que este ha elegido sin consultarle que no conoce. ¡Un desconoc...