Daniel Pov.
Me había largado de ese maldito lugar, sin haber vomitado, debería darme créditos por eso. Aún me costaba creer que una madre pudiera ser tan mezquina con su propia hija. ¿Cómo podría ser posible? ¿Acaso no tenía entrañas? Por amor de Dios... Valerie es su hija; le dio la vida ¿Por que la odia tanto? Mientras más lo pensaba, menos comprendía y más pregunta me venía a la mente.
Tal vez... ¿El padre de Valerie le hizo algo y desea desquitarse por eso? ¡No, no, no y no! Aunque eso fuera posible, no es normal que una madre trate así a su hija. No, debía haber una explicación, lógica.
Estaba caminando hacia mi auto tan absorto en mis pensamientos, pero el chirrido de las chantas de un auto que casi me pasa por encima me sobresalto. Estaba apunto de gritarle pero quien conducía fue más rápido que yo. Antes de que pudieras decirle cualquier, pues acaba de recibir un fuerte puñetazo en la boca.
―Te lo puedo...―pude decir ni media palabra más pues acaba de recibir otro puñetazo. Esta vez sentí el sabor metálico de la sangre en mi boca. Escupí al suelo y una burbuja de sangre cayó.―¿Ya puedes escucharme?―le pregunté.
―Eres un maldito, ¡TRAIDOR!―me gritó furioso Kyle.
―No soy un traidor, Kyle.―le digo justo a tiempo para detener su próximo golpe.
―Entonces, ¿qué carajo hace aquí?―me pregunta con rabia.
―Evidentemente, perdiendo el tiempo―mascullo más para mí, que para él. Kyle me mira aun con esa cara de querer arrancarme la cabeza. Kyle quiere a Valerie... él no quiere como yo. Para él Valerie es su hermana menor y cualquiera que haga algo en contra de ella es enemigo público por eso no entiendo porque no hace nada para impedir esta absurda boda.―¡Oye!―alzó las manos en señal de paz―te juro, no he hecho nada.
―¿Qué demonios hace aquí?―me vuelve a preguntar. Está apretando los puños, sus nudillos se ponen blancos.―Daniel, no puedo creer que el despecho te haya hecho caer tan bajo.
―Qué bueno, porque aunque no lo crees no he hecho nada.―le respondo con hastío.―¡Diablos! Hemos sido amigos desde la primaria, me conoces.―insisto.
―¡Sí!, sí te conozco o al menos creía conocerte―niega con la cabeza―¡CARAJO!―grita de frustración.―las ganas que me dan es de patearle el culo de aquí hasta el infierno. Es lo mínimo que te mereces por imbécil.
―¡Con un demonio, Kyle!―explotó―¿Qué acaso, no me hago entender? ¿Estoy hablando en mandarin? No soy ningún traidor, Kyle. Tampoco he hecho absolutamente nada para que me dé golpes o me esté amenazando.
―Entonces ¿Qué hace aquí? ¿Aún no me has dicho?
―Conformate, con lo que te dije.―espete ya fastidiado.
―¡No, es suficiente!
―Pues, jodete Kyle―le gritó―Yo no tengo que darte explicaciones
Le di la espalda y comencé a caminar nuevamente hacía mi auto. Ya le había aguantado suficiente, no iba seguir aguantando insultos, golpes, acusaciones y amenazas injustificadas. ¡Soy un hombre! Y soy su amigo de años ¿acaso no me conoce?
ESTÁS LEYENDO
Las Reglas del Abuelo
General FictionLa última voluntad de su abuelo es una noticia inesperada para ella. Y más al comprender que para poder continuar llevando la vida llena de lujos y comodidad debe casarse con un hombre que este ha elegido sin consultarle que no conoce. ¡Un desconoc...