Karina se despidió de Alice mientras iba hacia la puerta de su casa.Por mucho que había insistido en que prefería ir sola, en que no hacía falta que la llevara, no había habido forma de convencer a la chica, que al final había conseguido arrastrarla hasta el coche.
Con el poco tiempo que la conocía, Karina ya sabía que cuando se le metía algo en la cabeza a Alice era imposible no ceder.- Oye, ¡ Kar ! - escuchó su voz, y se giró para verla bajarse del automóvil - ¿ Quieres ir de compras mañana ?
Karina se miró a las manos dubitativa.
- Mmm... No me apetece mucho, Lice.
- Venga - insistió, acercándose a ella - Tienes que ayudarme.
- ¿ Ayudarte a qué ?
- A elegir ropa para mi familia- dijo con la seriedad de como quien habla de un asunto de Estado.
Karina la miró durante unos segundos en silencio.
- ¿ Estás de coña ? - exclamó finalmente, soltando una carcajada.
- ¡ No es gracioso ! ¡¿ Sabes lo difícil que es hacer que esos cuatro se vistan decentemente ?! - estalló - ¡ Incluso Rosalind me exaspera a veces, con ese intento de look deportivo sexy que siempre me lleva !
Karina rió aún más ante la desesperación de la chica, los Cullen eran sexys se vistieran como se vistieran.
Alice apretó la mandíbula mosqueada y le pegó un buen puñetazo en el brazo, cosa que parecía estar acostumbrándose a hacer.
- Está bien, está bien - dijo Karina, su risa extinguiéndose en su garganta - Iré.
Alice quitó la expresión enfurruñada y sonrió ampliamente.
- ¡ Genial ! - la abrazó feliz, como si hace diez segundos no hubiera estado cabreada - Sabía que acabarías diciendo que sí.
Dicho aquello, Alice se montó rápidamente en el coche y arrancó.
- ¡ Paso por ti a las cinco ! - gritó por la ventanilla, antes de marcharse con un acelerón sin esperar a oír una respuesta.
Karina negó con la cabeza, divertida, y entró en casa.
Aprovechando que estaba sola, cogió el altavoz y se metió en el baño.
Abrió el grifo, dejando correr el agua caliente, y puso su antigua playlist favorita en marcha.
Cuando la bañera estuvo llena, Karina puso la silla al lado, se agarró de las asideras que habían instalado para ella y se dejó caer con cuidado.
A Karina se le cortó la respiración con el agua caliente, pero enseguida se relajó y echó la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos. Amaba darse un baño, aunque no lo hacía a menudo por el gran gasto de agua que suponía.La música que sonaba por el altavoz y que hacía eco en la habitación le recordó otros tiempos. Karina no tenía una medida fija para cuánto le había gustado esa música, cuántas veces había escuchado a Drake y su God's plan cuando tenía tanta energía que quería subirse por las paredes.
Alargó el brazo y cogió su móvil, que llevaba encima de la repisa del baño desde que llegó a Forks. No le importó que se mojara, ya que era acúatico. No entendía porqué los creadores de su modelo se habían molestado en hacerlo acuático y no en mejorar la cámara de pésima calidad que tenía (un poco más y se parecería a la de su vieja Blackberry), pero lo era.
En el último momento, se echó atrás. No quiso encender la wifi, no quería encontrarse con todos aquellos mensajes sin responder que sin duda la harían llorar.Karina suspiró y al tiempo que "Fools Gold" de Izzy Bizu terminaba, quitó el tapón de la bañera y todo el agua se escabulló rápidamente. Tiritando, se colocó la toalla a su alrededor, aún sentada en la bañera. La gente no tenía ni idea de lo difícil que era para ella alguna de las cosas más simples, como vestirse o sentarse en otra silla que no fuera la suya.
Cuando estuvo nuevamente lista y fue al comedor, su padre ya estaba allí.
- ¿ Cuando has llegado ? No te he oído entrar.
Ayax la miró de reojo y siguió cocinando.
- Hace unos quince minutos. He escuchado la música y pensé que no querías que te molestara.
Karina asintió y siguió a su padre al salón tras agarrar una manzana.
- ¿ Solo vas a comer eso ? - inquirió encendiendo la tele.
Su padre ni siquiera la miró y respondió muy seco:
- Sí.
Karina lo miró finamente y asintió, tensa.
- Vale.