Karina aguardó impaciente a que Carlisle llegara. Nunca había tenido demasiada paciencia, y cuando se trataba de él se agotaba casi enseguida.Tamborileó los dedos sobre la cama, y dirigió la vista a la ventana justo a tiempo de ver al vampiro entrar por ella.
La chica suspiró, y le abrió los brazos como una niña pequeña para que la cogiera. Él lo hizo sin dudar e hizo que sus piernas quedaran a ambos lados de su cuerpo.
- Te he echado de menos - susurró Karina, abrazándolo con fuerza.
Ahora que Jasper le había explicado más sobre las relaciones en los vampiros, todo tenía más sentido.
Carlisle inspiró su olor y acarició su cabello, sujetándola en vilo.
- Hace solo dos días que no nos vemos, preciosa.
Karina se separó y se quedó a unos centímetros de su rostro, sonriendo.
- Pues se me ha pasado como una eternidad.
Una sombra de dolor cruzó el rostro de Carlisle, y a Karina se le borró enseguida la sonrisa.
- ¿ Qué pasa ? - preguntó preocupada.
Carlisle la agarró con cuidado y la sentó de piernas cruzadas frente a él en el colchón.
- Yo... no importa, Karina - negó con la cabeza, desechando la idea. No era justo para ella.
- No, dime - insistió, agarrando sus manos - ¿ Es algo que he dicho ?
Entonces, Karina recordó sus propias palabras, y entendió a que se debía su tristeza.
- La eternidad - dijo simplemente en un susurro, y Carlisle asintió decaído - ¿ Es eso ?
- Yo... no puedo imaginarme una vida sin ti, Karina. No quiero.
Karina se quedó en silencio durante un instante.
- ¿ Quieres que me convierta ? - dijo con el semblante tranquilo.
Carlisle luchóbpor aguntarle la mirada.
- Sí - se sinceró - Pero me siento culpable al pedírtelo.
Me odio por decírtelo. Es increíblemente egoísta. Son muchos sacrificios, tu padre, Forks, tu estilo de vida... Puede que incluso te pierdas a ti misma, no todos consiguen superarlo y...- Carlisle - lo interrumpió, y ordenó con suavidad - siéntate.
Karina esperó a que estuviera frente a él y acarició su mejilla derecha con suavidad. Lo observó un rato en silencio.
- Lo haré.
Carlisle negó con la cabeza repetidas veces, levantándose y hundiendo las manos en su cabello con exasperación.
- No, no, no... Karina no quiero que hagas esto por mi.
- No lo hago solo por ti - le cortó, y lo miró con decisión - lo hago porque te amo y no veo un regalo mejor que vivir para siempre a tu lado.
Karina estuvo segura de que, si los vampiros pudiesen llorar, él lo estaría haciendo en aquel momento.
Carlisle se acercó a ella, y la chica no dudó en envolverlo en un cálido abrazo.
- Todo irá bien - susurró, dejando un beso sobre su cabello - No voy a dejarte.
Carlisle se separó y la miró con intensidad, besándola de la misma forma, con hambre. Karina se derritió entre sus brazos, aquel hombre la volvía loca con solo tocarla.
- Eres lo mejor que me ha pasado.
Karina le sonrió y dejó un corto y suave beso sobre sus labios, para después tumbarse y acomodarse entre sus piernas.
Estuvieron en silencio un buen rato, ambos con los ojos cerrados. Carlisle como vampiro no podía dormir, pero descansar junto a Karina era lo más parecido a ello.
Estar junto a ella significaba paz.