[VEINTICUATRO]

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Darren.

— No quiero hacerlo.

— ¿Por qué no? — mamá me mira fijamente.

— Venga hermano. Deja de ser el aburrido de la casa. Eso lo hago mejor y yo lo sabes. — Megan me dedica una pequeña sonrisa.

Pues porque no. Porque no me gustan las fiestas. Y justamente ahora no me apetece ninguna.

— Sabéis que no me gustan las fiestas. Además, ya soy bastante mayorcito.

— Cariño, no te vamos a dejar sin una fiesta de cumpleaños. Eso sería ser muy mala madre.

Tampoco es que haya sido un buen ejemplo.

— Mamá, por favor. Ya estás aquí y os he dado una oportunidad para empezar de nuevo. Por favor, no me hagáis una fiesta. Odio las fiestas. Tau Megan sabes que odio bailar, y que me siento muy fuera de lugar. Así que solo voy a pasar el día de mi cumpleaños con las personas que me importan y disfrutarlo. Ah, y con mi profesora de matemáticas del instituto. Nos lo vamos a pasar de miedo cuando me suspenda.

— Eres un aburrido. Pero bueno supongo que con personas importantes te referirás a nosotros, ¿verdad?

— A ti precisamente no, Megan. — le sonrío muy falsamente —. Me refería a Zoe y Damon. Tal vez Jase.

Mi madre hace cara de indignada, pero Megan solo sonríe.

—¡Darren!

— No te preocupes, mamá. Esa es su forma de mostrar amor. — se acera a mí y me pellizca la mejilla —. Yo también te quiero, Darren Johnson. Aunque sea un idiota.

Y aunque ella está bromeando, sus ojos están fijos sobre mí. Sé que dice la verdad, porque puedo verlo a través de sus ojos.

Megan es una de las pocas personas que no me mentiría.

(...)

— ¿Pues sabes qué, Dallen? Yo cuando cumpla 18 voy a hacer una super fiesta. Invitaré a todos mis amigos.

Zoe niega con la cabeza.

— Yo me compraré un coche. Y me iré de casa para no tener que soportarte más.

Damon hace un puchero.

— ¿Y con qué dinero harás eso, Zoe?

Ella me mira fijamente con una sonrisa.

— ¿Dinero? Ah. — hace un gesto con la mano en modo diva —. Yo voy a ser rica.

— Después yo soy el tonto. — murmura Damon. —. Según Zoe, yo soy tonto por querer ser cocinero, pero ella va a ser rica a los 18. No es justo. — se cruza los brazos.

Los drama queens los llamaban.

—No, yo voy a ser presidenta.

— ¿De qué? ¿De tu habitación?

Empiezo a toser para disimular que no me he reído de eso.

— Eres tonto. — ella le mira fijamente. —. Porque yo seré una buena presidenta. Y tu cocinarás para mí.

Y seguido esto se escucha el portazo de su habitación. Lo cierto es que yo sí la votaría de presidenta. Es una niña muy madura y con las ideas muy claras.

Y bueno... Damon, no sé nunca he probado nada suyo. Y no sé si me fiaría de él.

— Te has pasado, monstruo. — le digo a Damon.

Él está en el sofá, cruzado de brazos y haciendo un puchero. También se ha enfadado.

— No me he pasado. ¿De verdad tú crees que ella pueda ser presidenta algún día, Dallen? Es muy inmadura.

17 razones para no enamorarse de mí. [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora