[TREINTAISEIS]

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Darren.

Hemos ganado. Y según lo que me ha dicho el entrenador, al ojeador que ha venido le ha gustado cómo he jugado hoy.

He estado todo el partido preocupándome por eso, y también mirando a Hayley y pensando qué voy a hacer en cuanto salga del maldito vestuario. Sé que va a estar fuera, esperándome. Y no quiero que sea incómodo.

Respiro hondo, y guardo todo en la bolsa de deporte.

Está bien. Puedo con esto.

Me despido del resto del equipo, y les doy un abrazo.

En cuanto salgo fuera, me peino el pelo mojado con la mano. Veo a Jase bastante cerca, mirando su móvil. Justo a su lado, mis ojos se encuentran con los suyos. Se ha recogido el pelo castaño en una coleta, y veo que se pone nerviosa en cuanto me ve. Lo entiendo. Porque creo que yo estoy más nervioso.

Jason se acerca a mí, y me da un pequeño abrazo para felicitarme, no obstante, ella, se queda ahí, hablando con alguien por teléfono.

Tío, has estado genial. De verdad. El mejor partido de todos. Lo mejor es que he oído que había muchos ojeadores, por lo tanto, habrás causado una impresión increíble. Espero que les hayas gustado.

Gracias, Jase. Estaba nervioso. ¿Me dejas unos minutos? Tengo que hacer una cosa.

Él, mira a Hayley y luego a mí. Sonríe con picardía.

Claro, ¿nos vemos en la fiesta?

Asiento.

Nos damos otro pequeño abrazo para despedirnos, y entonces sí, me armo de valor para acercarme a Hayley. Ella sonríe más a medida que me acerco.

¿Qué te ha parecido el partido?le pregunto, intentando entablar una conversación.

Hayley levanta los ojos y me mira de una manera distinta.

Bien, supongo. Aunque como siempre no he entendido nada. Pero no te preocupes, tu amigo me lo ha explicado todo.

Niego con la cabeza. Típico de Jase.

Habla mucho, ¿verdad?

Sí, pero no me ha molestado en absoluto. Gracias a él, me he enterado. Y, además, me lo he pasado genial.

Es entonces, cuando veo que está sola. El chico y la chica que venían con ella han desaparecido.

¿Dónde están tus amigos?

Han tenido un imprevisto y se han ido.

Miro sus ojos fijamente y durante unos segundos es como si todo desapareciera. Solo estamos ella y yo. No están los ojeadores, el equipo, ni la presión de conseguir una beca para ir a Michigan. Solo Hayley, sus ojos marrones, esos vídeos que sube cada miércoles, yo, y mi manía de hacer deporte. Intento evitarlo, pero mis ojos van bajando, hasta llegar a esos labios. Mi respiración se vuelve mucho más lenta, y los latidos de mi corazón empiezan a ser más rápidos. Ignoro el hecho de que siento mariposas en el estómago.

Hayley. susurro muy flojito.

Me acerco a ella sin darme cuenta. No soy consciente de que, en apenas dos segundos, nuestros labios están a punto de rozarse. Busco su mano, y la entrelazo con una de las mías. Estamos tan cerca, que siento como su respiración se vuelve más pesada en cuanto hago esto.

¿Qué pasa Darren? susurra flojito.

Con la mano que tengo libre, le acaricio el pómulo.

17 razones para no enamorarse de mí. [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora