[CINCO]

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Leah se acerca más a mí, y le da al play. La canción de Scars to Your Beautiful empieza a sonar, y aunque ella no sé dé cuenta, yo puedo ver como aprieta sus manos en puños.

También, como evita el tema de conversación.

— Me parece bien tu idea. Además, tal vez de esta manera Colton de aleja de Candace.

Vale, tal vez sea mejor ir por partes. Primero, resolveremos este asunto, y después hablar de ella.

— A Connor no creo que le haga nada. Seguramente solo hizo eso porque Colton le obligó. Además, verle ayer llorando, en su habitación, a oscuras, me ha perseguido esta noche.

Leah asiente.

— Yo prometo que te ayudaré con todo lo que necesites, pero no podré hacer nada cuando la bruja venga de aquí media hora.

— No importa, enserio. — me acerco para coger su mano —. A veces, haces más de lo que deberías.

Entonces, la letra de la canción se hace presente en la habitación.

You should know you're beautiful just the way you are,

and you don't have to change a thing,

the world could change its heart.

Las palabras sobran. Ella alza su vista, y puedo ver sus ojos oscuros que antes se escondían es su cabello de color caoba.

Veo como sus ojos se empiezan a aguar.

Oh, no. Lágrimas no. No soporto ver a la gente llorar.

Menos a mi mejor amiga.

— Hey. — digo abrazándola —. Está bien, enserio.

No escucho sus llantos, pero si noto si moja mi camiseta.

Pero no me importa.

Porque, ¿sabéis? A veces, cuando me aburro, me gusta observar a las personas. Creo que es la manera más fácil de conocer a alguien. Observar y preguntar. Aunque, solo observando, puedes llegar a saber mucho. Los gestos, la actitud, el lenguaje no verbal, o incluso la manera de vestir y andar, hace mucho.

Créeme.

Puede parecer muy sicópata, pero enserio, cuando te aburras, hazlo. Observa fijamente a una persona durante unos segundos. Mira lo que hace, la manera en que sonríe. Puedes ver que esa sonrisa no es real. También, puedes ver que esa persona está actuando de una forma que no es. O incluso, que está escondiendo algo.

No sé, solo fíjate.

Eso mismo hago cuando Leah me suelta. Se echa atrás, con la mirada perdida, y se apoya en el cabecero.

— ¿Sabias, Leah? Tal vez suene muy sicópata, pero últimamente tengo bastante tiempo libre. Cruzar los brazos muestra desacuerdo o rechazo. Aunque, deduzco que también sería como una manera de protegerte a ti misma. — no pasa ni un segundo desde que digo esto, que descruza sus brazos y me sonríe.

— Eso también es una señal de rechazo. — señalo la sonrisa que tiene —. Otra cosa que he aprendido es que en una sonrisa tensa, los labios están apretados.

Deja de sonreír.

— Mira, puedo parecer una acosadora, lo sé. Pero tengo bastante tiempo libre. — me encojo de hombros —. El caso, es que nunca te obligaría a contarme nada. Entiendo que a veces queramos reservar algo para nosotros. Si estuvieras bien, no me importaría. Pero no lo estás. Que te diga esto no significa que te esté obligando, simplemente, que sepas que estoy aquí, ¿vale? Para lo que necesites y quieras. Y que, a veces todo se vuelve demasiado, pero recuerda, todo se pondrá bien.

17 razones para no enamorarse de mí. [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora