[DIECINUEVE]

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Hayley.

Es lunes.

Y no quiero salir de mi habitación. Ya no solo porque los lunes para mí son sinónimo de desastre, sino porque tengo demasiadas cosas que me gustaría evitar. Empecemos con el hecho del ascensor, sigamos con que mis padres aparecieron ayer en mi salón, también, añadámosle que Darren tiene un partido el miércoles, y yo no sé nada de fútbol. Ah, y que tengo que hablar con Leah sobre su claustrofobia, y ella seguro que saca el tema de mis vídeos.

Que alguien me mate, por favor.

Después de estar quince minutos en la cama, deseando que el tiempo se detenga, me levanto y voy a la ducha. He de decir que me sorprende el hecho de no haberme encontrado a nadie, ni haber tenido que chillar a ninguno de mis hermanos para que me dejaran en paz.

Aquí algo pasa.

Una vez estoy vestida y peinada, bajo hacia el comedor, y me encuentro con una imagen que se repite en mi mente una vez.

Están todos riendo como una familia feliz.

Oh no.

Yo no puedo con esto. Es lo peor que he visto.

¿Por qué sonríen? ¿Acaso no ven que son las siete de la mañana de un lunes?

—Hayley, cariño. — escucho que dice mamá—. Buenos días, estábamos hablando sobre el tiempo que nos vamos a quedar aquí.

¿QUÉ?

¿Por qué me parece a mí que se refieren a mucho tiempo?

No eh. Fufu.

Yo no los quiero más de una semana. Qué horror.

Ay dios mío. Cállate. Que apenas son las siete de la mañana. Déjame vivir en paz.

Siento como todos los ojos de la casa recaen sobre mí. Colton me mira mientras se ríe de algo que le ha contado papá, aunque cuando nuestras miradas se cruzan, deja de reírse. Mamá me mira con una sonrisa y los ojos llenos de esperanza, Connor me mira mientras come sus cereales, y papá solo me mira fijamente.

Entonces yo hago algo totalmente extraño.

Salgo corriendo de casa, sin ni siquiera desayunar, solo cojo mi mochila, mi skate, y empiezo a ir hacia el instituto.

Que alguien me ayude, por favor.

No recuerdo haber tenido un lunes tan horrible desde... Nunca.

Nunca.

Vale, ya nos ha quedado claro, chica.

(...)

— Todo ha sido horrible. No sé, tampoco estoy diciendo que mi familia sea insoportable y eso, pero no sé, que vuelvan un lunes por la mañana, y yo, con mi mal humor me los encuentre, ha sido la gota que ha colmado el vaso. No sé, he tenido que salir corriendo, aunque suene estúpido.

Josh bebe su vaso de té mientras me mira fijamente.

— No, yo lo entiendo. Es como que no has sabido reaccionar, y lo único que has podido hacer ha sido huir.

Asiento.

— Yo... Hayley, no sé qué me está pasando con Leah. Va en serio. Nunca me había enamorado, y nunca había sentido esto por nadie. Es como... Ni si quiera sabría describirlo. Pero ella... Hayley, ella es muy rara. Y lo digo enserio. Me dice que soy importante para ella, pero no me lo demuestra. Y tampoco me estoy quejando, pero a veces me abraza así, sin más, otras llora y no sé qué está pasando, y otras me aparta de su vida como si nada. Y yo puedo llegar a entender algunas cosas, sí, pero es que hemos llegado a un punto en que no sé qué tengo que hacer.

17 razones para no enamorarse de mí. [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora