Hayley.
— No es justo. — dice Jason.
Se cruza de brazos, y hace un puchero. Zoe y yo estallamos a carcajadas, y Darren le coloca la mano en el hombro.
— Pareces un niño pequeño, tío. No tienes que discutir por eso.
Leah interviene en la conversación.
— Exacto. Hay que admitir que las chicas podemos con todo. Y que os podemos ganar, aunque sea en un maldito partido de fútbol.
Leah viene a mí, y choca su mano con la mía. Luego hace lo mismo con Zoe, y le da un beso en la mejilla a Damon. Mi mejor amiga lleva el pelo castaño recogido en una coleta, que está perfectamente hecha. De hecho, está como si no hubiéramos estado día hora corriendo, en un maldito partido de fútbol.
Qué tortura.
Ya te digo. Ni siquiera sé cómo me han convencido para que jugara un domingo por la mañana.
Yo creo que ha sido por la niña. O por la mirada de Darren. O esa sonrisa. Definitivamente ha sido la sonrisa.
Zoe viene hacia mí y me abraza.
Así que odiabas a los niños.
Cállate. Por favor.
— Vale, lo admito. — dice Jase haciendo que todos lo miremos — Zoe Morrison es la mejor deportista de todo el mundo. Incluso supera a Darren.
Este suelta una carcajada, pero luego lo admite.
Damon, por otra parte, se ha quedado dibujando. No quería jugar con nosotros a fútbol, así que ha dicho que prefería dibujar. Según lo que me ha contado la señora Morrison, le relaja mucho.
Decido entrar dentro con Zoe. La casa está casi en silencio. Y digo casi, porque soy capaz de escuchar a Leah discutir con Jase sobre cualquier cosa.
Me declaro fan de ambos.
Zoe me dice que se dará un baño, porque quiere asearse. Yo me dirijo a la habitación de Damon. No se escucha nada. Él está tan concentrado en su dibujo que apenas me escucha entrar. No hasta que hablo.
— Damon. — sus ojos castaños se giran hacia mí —. Solo venía a ver qué tal te iba.
— Bien. — se encoge de hombros. — ¿Te gusta?
Entonces me enseña el dibujo. Sonrío al instante. Somos Leah, Jason, Darren, Zoe y yo. Jugando deporte. En la terraza de su casa.
— Me encanta. — le digo con una sonrisa—. ¿Quieres que lo colguemos en algún sitio?
Damon asiente, y me pasa el dibujo. Miro las cuatro paredes de su habitación. Casi todos los huecos están cubiertos.
— ¿Qué te parece ahí? — señalo un espacio que hay.
Damon asiente, satisfecho. Cojo el celo que hay en su mesa y engancho el dibujo.
Tus dotes artísticos no son la gran cosa, chica. Te ha quedado torcido.
Por suerte él no se da cuenta. Me sonríe y me da las gracias.
— Por cierto, ahora comeremos. Así que recoge todo este desorden que tienes ahí montado y baja al comedor, ¿vale?
Suelta un quejido, no obstante, me acaba haciendo caso. Salgo de la habitación mientras Damon sigue ordenando sus colores y todo el desorden que hay en la habitación.
Justo cuando pongo un pie en el pasillo, siento como una mano tira de mi muñeca hasta que entramos a una habitación. Mi espalda toca la pared. El corazón me late demasiado rápido. No soy consciente ni de cómo hemos llegado aquí.
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17 razones para no enamorarse de mí. [SIN EDITAR]
Teen Fiction❝Siempre vas por ahí enseñando tus defectos, sin importar lo que nadie te diga.❞ Hayley Evans es muchas cosas. Pero nadie ha llegado a conocerla por completo. No saben de lo que tratan esos misteriosos vídeos que sube cada miércoles. Porque ella s...