[TREINTAICUATRO.]

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Darren.

— Eso no es tu asunto. — dice Hayley con una sonrisa

— Tienes razón. No lo es. — me encojo de brazos. — . Pero me ha sorprendido muchísimo que quisieras quedar a estas horas.

Empezamos a avanzar, yo con las manos en sus bolsillos y ella mirándome de reojo.

— A mi también. Te hubiera invitado a casa a ver una película, pero mi madre me hubiera castigado de por vida. Bueno, de hecho, estoy castigada. - dice.

Asiente.

— Siento haberte avisado lo del partido tan tarde. Ni yo lo sabía. He estado con tantas cosas últimamente que he desconectado del equipo. Puedes traer a tu madre, si quieres. — Hayley me mira mal. Muy mal — Lo digo por si no te dejan venir.

— No voy a traer a mi madre. — dice Hayley, como si fuera lo peor del mundo. —. Peor tal vez si traiga un par de amigos.

Suelto una carcajada.

— De acuerdo. Te presentaré a Jase. Ya verás que estarás todo el partido escuchándole hablar.

— ¿Jase?

— Mi mejor amigo. Creo que te va a caer genial, aunque te cansarás de él en cuanto de empiece a explicar su vida.

Hayley sonríe y nos quedamos en silencio. Seguimos andando, hasta llegar a un parque. La miro de reojo y veo como se le ilumina la mirada, así que nos dirigimos a los columpios.

— Me quedan tres dias para saber si voy a poder ir a la Universidad de Michigan.

— ¿Y cómo te sientes?

— Agobiado. Me parece muy surrealista que en una semana vaya a averiguar si puedo dedicarme a lo que me gusta en un futuro o no.

— Bueno debes saber que siempre habrá más oportunidades. — hace una pausa.— Pero me refería a si te sientes preparado o no.

Su manera de hablar es muy tranquila y hace que me relaje. Llevo un día de locos, y me atrevería a decir que también llevo un par de meses de locos, no obstante, cuando estoy con ella siempre me relajo.

— Que va. Par a estas cosas nunca se está preparado. Podría estar tres meses entrando, y tampoco me sentiría preparado. Lo mejor de todo es que se decida ya, y deje todo pasar. Y si no puedo entrar, pues me tomaré un año sabático y dejare de forzarme tanto a mí mismo.

Nos volvemos a quedar en silencio.

— ¿Y tú cómo estás? He visto que has subido un vídeo nuevo, pero no he tenido tiempo de verlo. De hecho. — saco móvil y le doy al vídeo. — Creo que voy a verlo a hora.

— Oh no.

Hayley intenta quitarme el móvil de las manos, pero la esquivo. Vuelve a intentarlo, pero falla.

— No enserio, Darren son muy cutres. — dice.

Apago el móvil, porque creo que ya la he molestado bastante.

— A mí no me parecen anda cutres. Decir tus defectos sin miedo a que te critiquen es de ser muy valiente, Hayley. Y asumirlos es algo que no todos hacemos. De hecho, creo que todos deberíamos hacer un Evans Challenge, en vez de otras cosas que están de moda ahora.

— ¿Un qué? — dice confundida.

Sonrío.

— Un Evans Challenge. Que cada persona que vea tus vídeos suba diecisiete vídeos, o notas, explicando cuáles son sus defectos. Que dejemos de intentar demostrar que somos perfectos, cuando nadie en esta sociedad lo es. Que aprendamos a querernos a nosotros mismos.

17 razones para no enamorarse de mí. [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora