Fall - Justin Bieber

Capítulo 50

"Te quiero, pequeña."

Una vez en la habitación del hotel en Malibú escucho a mi hermana reírse a carcajadas. La miro y no puedo evitar reírme yo también.

—No te rías Cait, no tiene gracia —digo tapándome la boca con la mano intentando reprimir una risa.

—Pero si hasta a ti te ha hecho gracia.

—¿A mi? —digo haciéndome la inocente.

—¿Tú has visto la cara que ha puesto cuando Eric le ha dicho que esa era la tarjeta para su habitación? Ha sido muy buena Amy, no lo puedes negar.

—No te lo niego.

—Si alguna noche Justin quiere intercambiarme la habitación yo no tengo ningún problema. O irte tú a su habitación, lo que queráis —dice levantando un poco los brazos.

—Ya hablaremos de eso. ¿Vas a ponerte ya el traje de baño? —le observo sacarlo de la maleta.

—Por supuesto y voy a bajar ya a la playa. Muero de ganas de tomar el sol y broncearme.

Mi hermana se mete en el baño cerrando la puerta. Abro la maleta en el suelo buscando mi traje de baño y ropa cómoda para bajar a la playa. Cojo un coletero de mi neceser. Inclino mi cuerpo hacia delante agachando la cabeza para que caiga todo el pelo. Lo cojo peinándolo con las manos y vuelvo a mi posición para hacerme bien la coleta.

Poco después mi hermana sale con un biquini puesto y el pareo por encima con un moño alto.

—¿No te pones ropa por encima?

—No, paso. Quiero lucirme por el hotel a ver si aparece un chico guapo —dice guiñándome un ojo para después reírse.

—No tienes remedio... —digo sacando mi bañador de la maleta con ropa cómoda.

—Nos vemos en la playa —dice despidiéndose.

Cojo una toalla y la protección y cuando abro la puerta me encuentro de cara con Justin. Me mira con cara de molesto pero al mismo tiempo es una cara divertida y no puedo evitar reírme.

—No te rías —me apunta amenazante con el dedo índice —, no tiene gracia.

—Sabes que si la tiene —digo riéndome.

—¿Tú lo sabías verdad? —me mira con los ojos entrecerrados.

—Yo no sabía nada. Cuando he visto que Eric te daba la tarjeta de la habitación me he quedado tan sorprendida como tú.

—Tengo que negociar con Caitlin para intercambiar la habitación o te vienes tú a la mía —dice alzando una ceja.

—No tienes remedio —sonrío negando con la cabeza.

—¿Me enseñas la habitación y la cama? —sonríe pícaramente poniendo sus manos en mi cintura.

—¿Me enseñas tú la tuya? —sonrío a escasos centímetros de sus labios.

—Por mi ahora mismo —pasa la lengua por su labio inferior.

—Pues lo siento, tendrá que esperar, quiero bajar a la playa —termino de cerrar la puerta detrás de mi.

—Me encanta la coleta que te has hecho, así se puede apreciar más esa cara tan bonita que tienes —dice acariciándome la mejilla con el dorso de la mano.

—A ti te queda muy bien ese pelo corto.

—Lo sé, tienes el novio más guapo del mundo —sonríe guiñándome un ojo.

Novio...

Después de cinco meses juntos todavía me sigue latiendo el corazón de felicidad cuando dice esas cosas.