Capítulo 38 - Toronto Maple Leafs

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Justin’s POV

Suspiro profundamente mientras acaricio el brazo desnudo de mi chica. Amy pasa su pierna por mi cadera y se acurruca en mis brazos.

—Ha sido increíble, ¿verdad? —dice trazando círculos en mi abdomen.

—Más que eso —sonrío y beso su frente —. ¿Tienes frío? ¿Te apetece que subamos arriba?

—No no. Estoy muy a gusto aquí —deja un beso en mi pecho y se acurruca más a mí haciéndome reír.

—¿No tienes miedo de que lleguen mis abuelos? —acaricio su espalda y se estremece.

—No me los recuerdes por dios —dice llevándose la mano a la frente.

—¿Por qué? —agacho la mirada para mirarla.

—Porque hemos terminado follando en su casa, su salón, su alfombra, su manta.

—Pues no has dicho lo mismo cuando gemías de placer debajo de mi.

—¡Cállate! —exclama dándome una palmada en el pecho haciendo que suelte una carcajada.

—Has flipado con mi movimiento de cadera, nena.

Amy alza el rostro para mirarme. En esa sonrisa que tiene en sus labios se asoma una sonrisa socarrona, esa sonrisa que tanto me encanta.

—Tampoco te pases, no ha sido para tanto.

—¿A no? —ella niega.

Con tal solo un movimiento estoy otra vez encima de ella y la beso. La beso de una forma necesitada y ella me devuelve el beso con la misma intensidad.

—¿Quieres que lo comprobemos? —digo sin aliento.

De repente escucho como si quisiesen abrir la puerta. Abro los ojos alarmado e inmediatamente me levanto. Cojo mi ropa y la de Amy rápidamente mientras ella se enrolla con la manta y corre hacia las escaleras como si se le fuese la vida en ello. Subo las escaleras de dos en dos y corro hacia la habitación echando el pestillo.

—¡Mierda, las flores! —exclama Amy sentándose en la cama.

—No te preocupes, mi abuela las pondrá en agua.

Cojo mis boxers y me los pongo. Amy se dirige a su maleta y coge el pijama. Cuando deja caer la manta no puedo evitar morderme el labio al verla desnuda.

—Encima hemos dejado la chimenea encendida —dice poniéndose la parte de abajo.

—Quedaba nada para que se apagase.

—Madre mía, espero que mañana tu abuela no nos diga nada —dice abriendo su lado de la cama y se acuesta.

—No sé por qué te avergüenzas —me río —. Hace dos años estuvimos aquí, nos acostamos y no pasó nada.

Veo como ella se muerde el labio mientras sus mejillas se sonrojan.

—Te encanta hacerme sonrojar, ¿verdad?

—No sabes cuanto —me río —. Anda, ven aquí tonta.

Amy se acurruca a mí y yo me acurruco en ella. Cuando la tengo en mis brazos, suelto un profundo suspiro y trago saliva.

—Hace aproximadamente un año tuve un accidente de coche con Jaxon dentro.

Amy se incorpora para mirarme a los ojos totalmente sorprendida.

—Afortunadamente no pasó nada grave pero ambos estuvimos ingresados en el hospital. Yo había bebido un par de cervezas y había discutido con mi madre. Mi padre se enfado tanto que no vino a visitarme —lamo mis labios y suspiro profundamente —. No debí haber cogido el coche pero mi padre me llamó diciéndome que no podía pasarse a buscar a Jaxon ni Chelsey tampoco.

Fall - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora