Capítulo 37 - Noche de fuego

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Acerco mi rostro al espejo para poder ver mejor cómo me aplico la máscara de pestañas. Me maquillo los labios de un color rojo intenso y cuando creo que estoy lista guardo el maquillaje en el neceser. Retrocedo unos pasos atrás para poder mirarme en el espejo completamente. El vestido hace que mis pechos se marquen y se vean un poco, pero no mucho y es ceñido a mi cintura. No está mal. Me dirijo a la habitación a ponerme el abrigo.

—¡Amy, ya estoy aquí! —escucho decir a Justin —¿Te falta mucho?

Camino rápidamente hacia la puerta —. ¡No, enseguida bajo!

Cierro la puerta y cojo la maleta dejándola sobre la cama. La abro completamente, escarbo entre ella hasta que me doy cuenta de que lo estoy buscando está en un bolsillo con cremallera. Lo abro y cojo el sobre donde se encuentra mi regalo para Navidad de Justin. Sonrío ilusionada e inmediatamente lo guardo en el bolso. Me pongo el abrigo y me miro por última vez el pelo liso acomodándolo con mi pelo.

Cuando bajo por las escaleras los tacones resuenan y es así como Justin se da la vuelta y me visualiza.

—Wow —dice algo desconcertado —. Creo que he hecho muy bien en regalarte ese vestido.

Sonrío observando a Justin. Lleva unos pantalones perfectos para su talla, una camisa blanca con un americana.

—Estás muy guapo —digo acercándome a él.

—Y tú estás preciosa —su brazo envuelve mi cintura y me besa cariñosamente en la mejilla.

—Por cierto, ¿dónde te has vestido? —frunzo el ceño.

—En casa de Nick. ¿Nos vamos?

—Sí.

Cojo la mano de Justin y salimos de casa. El aire frío enseguida choca contra mi cara haciendo que me estremezca. Justin enseguida se percata del frío que tengo ya que cuando cierra la puerta bien, me abraza dirigiéndonos a mi coche.

—Espero que no te importe que cojamos tu coche —niego con la cabeza —. Mi madre se ha ido con el mío a Toronto —dice poniéndose el cinturón.

—¿Y qué hubieses hecho si no llego a venir yo?

—Seguramente volver en bus —ríe.

—Oye Justin —digo llamando su atención —, gracias por este vestido.

—No las des, cariño —sonríe tiernamente poniendo su mano en mi pierna —. Ya que no pudimos pasar la noche buena juntos vamos a aprovechar ahora, ¿no?

Asiento y arranca. Diez minutos después llegamos a un restaurante. Justin le dice al camarero de la entrada su nombre y enseguida nos guía a la mesa. Mientras caminamos observo el sitio: está todo adornado de Navidad con algunos muérdagos colgando y hay un pequeño escenario. Nada más sentarnos y acomodarnos, el camarero nos ofrece la carta.

—¿Habías venido aquí alguna vez? —Le pregunto curiosa.

—No. Nick me recomendó el sitio. ¿A ti te gusta?

—Sí —asiento entusiasmada —. Es bonito y acogedor.

Justin  asiente dándome la razón y centramos nuestra atención en la carta. Pedimos la cena y para beber vino blanco.

—Cuéntame, ¿qué tal la cena en casa de tu madre?

—Muy bien. Cenamos todos juntos menos Lexi y Rob, mi madre les invito a cenar pero cenaban con los padres de Rob —me quedo pensativa y sin querer sonrío negando con la cabeza.

—¿Y esa sonrisa? —me mira curioso.

—Eric me ha conseguido un casting en los Ángeles para una marca —Justin me mira sorprendido —. Es el día diez pero no creo que vaya.

Fall - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora