Capítulo 43 - Nostalgia

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Sollozo tapándome el rostro con ambas manos. Intento decírselo pero en este momento no me sale ni una sola palabra. Justin intenta quitar las manos de mi rostro, niego con la cabeza y la agacho.

—Amy, ¿qué pasa? Me estás asustando por favor… —su mano se pone en mi rodilla acariciándola.

—No sé cómo decirte esto —digo entre sollozos.

—¿Qué ocurre? ¿Acaso has cambiado de opinión? ¿Ya no te quieres casar conmigo?

¿Es eso?

Sus dudas y las cuatro preguntas que me ha hecho a la vez hacen que deje de llorar y le mire.

—¡No! Por supuesto que no.

—Vale, está bien —suspira —. Lo primero de todo intenta calmarte, sea lo que sea estoy aquí y juntos lo podemos solucionar —sonrío melancólicamente.

—Ya está solucionado, ese es el caso.

—No te estoy entendiendo.

—Resulta que tú nunca me engañaste Justin, tan solo caíste en la trampa y bueno, yo también caí.

—¿Qué? —niega con la cabeza confundido —¿Cómo?

—Sí Justin, tú jamás te acostaste con Rebeca por eso no te acordabas porque no pasó nada.

—Espera espera —sacude su cabeza —¿Cómo sabes tú eso?

—Porque por causalidad de la vida o destino, llámalo como quieras, Rebeca ha sido mi estilista en la prueba.

Justin me mira con la mandíbula tensa, muy tensa y sus ojos mieles ahora mismo son puro fuego. Se levanta dándole una patada a la cama provocando que me asuste. Camina de un sitio pasando las manos por su pelo.

—¿Dónde está esa jodida zorra? Quiero verla —espeta.

—¿Para qué Justin? No merece la pena.

—¿¡Para qué?! ¿¡De verdad me estás preguntando esto?! ¡Por su puta culpa me dejaste, estuvimos dos años separados!

—¡Ya lo sé! —exclamo exasperada y me levanto.

—¿Qué fue lo que realmente pasó?

—Te drogó y te desnudó para que creyeras que te habías acostado con ella —cruzo los brazos caminando por la habitación.

—No me lo puedo creer… ¿Cómo se atrevió a tanto? —dice indignado, sin dar crédito a lo que le acabo de decir.

—Para que veas la obsesión, la gente al obsesionarse puede llegar a ser muy cruel y lamentablemente en este mundo hay mucha gente así. ¿Y sabes qué es lo peor? Que por su culpa desconfíe de tí y te dejé —formo mis labios en una fina línea sintiendo una lágrima descender por mi mejilla.

Justin me mira, avanza rápidamente hacia mi y enseguida me abrazada estrechándome entre sus brazos. Él se queda callado, sin decir absolutamente nada mientras que yo me limito a hacer lo mismo.

—¿No crees que deberíamos dejar de torturarnos? Al fin y al cabo ella no consiguió separarnos, tan solo por un tiempo.

Me separo de Justin para mirarle a los ojos.

—Lo sé pero duele y me siento culpable.

—Tú no podías saber las intenciones que ella tenía y yo tampoco, nunca nos lo hubiésemos podido imaginar. Quizá ese no era nuestro momento para estar juntos pero ahora lo estamos, estamos juntos y comprometidos. ¿No crees que eso es lo único que importa? Hemos estado separados pero en ningún momento hemos dejado de querernos, ¿verdad? —sonríe.

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