#6. Por siempre.

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–¿A dónde me llevas?– pregunte riendo.

Embry me estaba arrastrando prácticamente al coche de Jacob, y un malestar pareció. ¿La manada sabrá ya de su ida? Sea como sea, esta en su derecho de darse un respiro, fue mucho para él.
Me abrió la puerta de copiloto por la cual entre para luego ser cerrada por el mismo, rodeo el auto y se subió prendiendo el motor, empezó a conducir por la carretera. Acomodandome en el asiento me apoyé en su costado.

–Todos tienen que saber que habrá un nuevo miembro en la gran familia.– mordí nerviosa mi labio.

–Ahmm.. – rasque mi nuca.– de hecho, las chicas, Jacob, y Seth ya lo saben.– su cuerpo se tensó.

–¿Se enteraron antes que yo?.– su voz sonó algo apagada.

Guarde silencio. Temía que este enojado, y cuando eso pasa uno de los dos siempre termina lastimado por algo que el otro no quiso decir. Puse mi mano sobre la suya que estaba en la palanca de cambio y entrelace niestros dedos, detuvo el coche a orillas de la carretera, volteando a mirarme neutro. Suspire apoyando del todo la espalda en mi asiento..

–Escuchame, por favor..– pedí adelantándome al verlo abrir la boca. Volvió a cerrarla.– Cuando te fuiste, los malestares comenzaron.. Mareos, vómitos, dolores de cabeza.. No sospeche después de varios días. Aún así, no creí que fuera posible, me negué a hacer la prueba, estando convencida de que era solo algo que me había caído mal.. Aquel día cuando fuimos con Paul y Rachel, yo había hecho las pruebas luego de mi ducha, espere el tiempo necesario. Y no las vi.. Tenía miedo, y lo sigo teniendo a pesar de amar la idea de una familoa juntos, guarde aquellas pruebas en mi mochila. Emily me las había dado el día en que despertaste.– tomé un gran respiro para luego continuar.– y por eso todas desaparecimos de la sala, nos encerramos en el baño, donde Emily reveló el resultado.– finalice.

–No me lo dijiste ese día, ¿Por qué?.– apenas un susurro salió de aquellos labios que tanto amaba.

–Quería hacer algo especial para ti. Luego las cosas se complicaron.. Y no tuve la oportunidad.– declaro.

Su mano se posó en mi nuca y me obligó a mirarlo. Sonrió leve antes de acercarse y besar mi frente.

–Cualquier cosa que venga de ti es especial, no necesito sorpresas. Aunque esta sí lo ha sido.– silbo.

–¿No estas enojado?– al momento de conectar nuestros ojos el brillo que tenían pareció contestar mi pregunta.

Negó.

–No.. Solo estoy algo.. No sé como decirlo, me hubiese gustado saberlo desde el primer momento.– acarició mis manos entre las suyas.– Lo que no entiendo es como pasó esto..

–Nos cuidamos en todo momento. Lo sé, para mí también fue una sorpresa.. Pero, ese día en que te fuiste, horas antes, la ducha hizo de las suyas..– le recordé.

–La ducha.– repitió sonriendo de una manera sin gracia alguna.– La ducha.. Me gustaría volver a repetirlo.– esta vez una sonrisa pícara apareció.

–¡Eres un cerdo!– dije riendo.

Él igual, volvió a encender el coche, al final, no fue como yo lo esperaba.. Todo iba bien ahora, estamos juntos, los dos, y nuestro pequeño renacuajo. El camino se nos pasó rápido, hablando sobre como sería el tener un bebé en casa, sobre la forma en la que les diríamos a nuestros padres, y cómo yo haría para poder terminar mi último año escolar, el cual empezaba en dos semanas y media.

–No será tan malo, Seth estará conmigo en clases y en todo momento. Si eso te hace sentir más tranquilo.– por dentro suplicaba para que no se negara.

Nuestro Inicio (II).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora