#17 Boda semi arruinada.

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–Wow.. Esto es hermoso.– murmure viendo hacía todos lados.

No se quién ha echo este hermoso trabajo, aunque ya me imagino, es imposible apartar la vista y enfocarla en otra cosa.
Las flores blancas decoraban todo, y el verde de los árboles lo hacían ver como un lugar mágico y encantado a la vez que natural. En mi vida había visto algo tan lindo como ahora.
Di un par de vueltas a los alrededores mientas mi mejor amigo y su madre iban a saludar a mi padre y a Charlie. A él ya lo había saludado a penas lo ví, se sorprendió de verme y me dió un abrazo. También saludaba a pocas personas que podía reconocer.

La nariz empezó a quemarme en cuanto estuve algo cerca de la casa, el olor a vampiros era algo insoportable pero con el pasó de los minutos se hacía más llevadero al menos. Tome una flor que había caído al piso y trate de acomodarla en un arreglo colgado de un árbol.

–Hola Cachorra.– reconocí la voz grave de Emmett y me gire con una pequeña sonrisa.

–Hola grandote, tiempo sin verte.– me dió un abrazo algo fuerte.

–Lo mismo digo– frunció el ceño y se alejó mirando mi vestido. Se quedó en silencio un rato hasta que levantó la mano y me señaló.– ¿Tú..?– comenzó a hacer señas como si tuviera una panza de embarazada.

Rodee los ojos, poniéndolos en blanco.–Si.. Dos meses y medio.– sonreí viendo a Esme venir a nosotros y darme un abrazo.

–Wow.. Nosotros.. No.. No lo sabíamos.– dijo un poco incómodo quizás, y algo enternecido.

–Quédate tranquilo que yo tampoco.– negué dejando que me guiarán a una sala de estar muy moderna y bonita.

–Debes cuidarte mucho ahora.– Esme había escuchado y visto a Emmett hacer el ridículo con sus señas, así que no había que explicar nada.

El ardor en mí nariz fue bajando su intensidad hasta ser solo una molestia leve.

–Por favor Esme, no tú. Embry no me deja hacer casi nada por mí sola.– hice un puchero recordando como me cargaba cuando iba a subir las escaleras.

–Ese perro es algo pesado, si te da problemas podemos dejarlo en la perrera y volver tranquilos como si nada.– una relajación me invadió, casi hasta el punto de darme sueño.

–Jasper como sigas así me voy a dormir en este cómodo sofá.– me levante y lo abracé.–¿Cómo está mí Cullen favorito? Sin ofender Esme.– agregué, a lo que ella le restó importancia y sonrió negando. Emmet me observó indignado.

–Estabas algo tensa. Bueno, tengo exactamente diez segundos para llevarte con Alice y evitar que me mate.– respondió con una sonrisa leve.– Espero que eso conteste tu pregunta.

–Gracias por hacerme de menos cachorra.– Emmett se cruzó de brazos mirando un jarrón como si quisiera romperlo ahora mismo.

–Tú tranquilo que formas parte del triángulo.– asegure mirando un cuadro clásico y muy bien posicionado.

–¿Triángulo?– Esme río curiosa.

–Si. Jasper, Alice y Emmett.– le explique formando el triángulo con mis manos.

–Voy a ignorar el echo de que me dejaste al último.– se acomodó el saco de color azul oscuro.

–Ya, tengo menos tiempo.. Vamos.– Jas me hizo una señal y lo seguí subiendo por unas escaleras con barandillas de metal negro y cristal.– Alice pudo verte en una visión.– subimos al apar, y me extendió su brazo para ayudarme.– no se que fue, pero la tiene mucho más, más activa y ansiosa que antes.. Créeme.– sonrió mirándome.– Y tengo una idea de que puede ser. Aunque bueno, me entran ganas de ir y castrar al lobo por tocar a mi hermanita.– Miró en mí algo curioso.

Nuestro Inicio (II).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora