#7 ¿Rosa o Azul? Amarillo.

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Me visto algo apresurada con unos jeans negros, una camiseta gris, mi bufanda, y un abrigo de piel por dentro. En los pies llevo unas botas marrones, hemos quedado con Quil para llevar a su pequeña impronta a la playa pero la condenada alarma no ha sonado. Por lo tanto, ¡Nos quedamos dormidos!.

-¡Embry, levantate antes de que me vaya sin ti!- arroje una almohada a su cabeza que no pudo parar.

-¡Ya esta! ¡Estaba levantándome!- se sentó en la cama.

Su cabello corto despeinado,sus mejillas infladas y rojas me indicaron que no estaba de buen humor, me causo gracia, por lo que solté una risita y lance su ropa que, debo decir, me tome el trabajo de escoger, a la cama o su cuerpo. Acomode mi melena y la deje suelta, me acerqué a él y le di un pequeño beso de Buenos días antes de bajar a la cocina para hacer un desayuno rápido antes de marchar. También le di de comer al glotón de mi cachorro.. Hice unos sándwiches de jamón, queso, y lechuga, deje seis fuera para comerlos con Embry y los otros diez los guarde en un recipiente con tapa para llevarlos en la mochila por si nos daba hambre a los cuatro.

-Come y vámonos.- le acerqué uno a la boca y le dio un mordisco tomándolo con la mano.

Serví algo de limonada en dos vasos para nosotros. No tardé más de dos minutos en devorar mi desayuno, he hice un pequeño puchero cuando note que todavía tenía hambre. Me levante resoplando de las piernas del chico y bajo su atenta mirada comencé a sacar cosas del refrigerador para prepararme otros más.

-Si sigues así te crecerá la barriga de glotona, no porqué lleves un bebé.- lo escuche decir angel de que beba de su vaso.

-Es tu culpa. Tú hiciste esto.. - entre cerre mis ojos en su dirección mordiendo con ansias mi sándwich.- Ahora sé a quién va a salir el pobre niño.

-Claro, echale la culpa al lobo. Además tu tampoco te negaste, así que no es del todo mía.- defendió inflando el pecho.
Se veía gracioso. Pero no se lo haría saber.

-Querrás decir; Perro.- desvíe la mirada a la ventana.

Oh, ahora de intrusos tengo a dos ciervos en el jardín. Lindo.
Con mi comentario se enfado, eso creo ya que acabo de escuchar un gruñido.

-No es gracioso.- se levantó dejando los vasos vacíos en el fregadero.- ¿Estas llorando?- fruncio el ceño.

¿Qué?.

Toqué mi mejilla, así era al parecer. Estaba mojada.. Me seque con las mangas de mi camiseta, sus tibias manos me tomaron del rostro, haciéndome apartar la mirada de los ciervos.
La preocupación en sus ojos era demasiada, hasta un ciego se daría cuenta. Lo abracé y llore, sin saber porqué realmente, estuvimos varios minutos de esta forma, en la que solo me abrazaba, besaba mi frente, mis mejillas, mi cabeza.. Y yo lloraba sin parar.

-¿Qué esta mal, pequeña?- su voz baja me tranquilizó más.

No sabía que responder con certeza, ni yo lo sé. Pero creo que en el fondo me hago una idea de qué, supongo que el hecho de que ahora sabe que tendremos un bebé me esta afectando, pienso en cosas que antes ni imaginaba, cosas que no sentía tan pesadas por la emoción y la angustia que se formó al estar separados unos días.. Todo tiene sentido, y no, a la vez. Cerré con fuerza los ojos, con mi respiración acelerándose.

-Tengo miedo.- suspire dejando un sollozo salir.

-¿A qué exactamente?- me levantó del suelo, llevándome al sofá más cercano.

Individual, me acuno entre sus brazos como si fuera pequeña, acarició mi espalda dándome seguridad.

-A todo.- me aclaré la garganta para seguir, su mirada confundida me lo rogaba.- Tengo miedo de no hacer las cosas bien, de equivocarme cuando el bebé nazca, tengo terror al pensar en la hora de dar a luz.. No quiero que haya complicaciones, sé que sentiré dolor, pero tampoco me siento segura para cuando llegue ese momento, tengo miedo por mi bebé, Embry.- mis manos de movían nerviosas, no estaba lista.

Nuestro Inicio (II).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora