Nuestro Inicio (II).

#3 Suficiente..

Por la mañana alguien me despertó temprano, y no hablo precisamente de Embry o Goldy.. Por si no has adivinado fue mi pequeño dentro de mí, se le dio por rechazar lo que había comido esa noche y el día anterior, por lo que a las siete cuarenta y tanto de la mañana me encontraba frente al retrete devolviendo todo que estuviera dentro.
Embry se preocupó, y trato de convencerme de ir al hospital para un chequeo por si me encontraba "enferma', enferma mi cabeza que no se hace a la idea aun.

–Come despacio..– puse los ojos en blaco.

Mi bebé renacuajo se contradice, primero no quiere lo que para mí fue la gloria, y ahora me pide a gritos más comida. Sumándole a un Call con la preocupación a flor de piel que no me deja en paz.

–En cerio, te hará mal comer de esta forma..– lo mire mal.– Hoy pienso quedarme todo el día contigo.– me alegró escucharlo decir eso.

–Gracias, hace un par de días no pasamos todo el tiempo juntos tú y yo.– dejé el vaso vacío en la mesa, anteriormente tenía sumo de manzana.

Él se notaba algo ido.. Pero al fin, no creo que pase algo malo, ¿o sí?.

–¿Estas bien cielo?– tomé entre mis manos su rostro.

–Claro, preciosa. ¿Por qué lo dices?– besó mi frente.

–Es solo que te noto algo.. distraído.– tomé una fresa.

–No es nada.. No te preocupes, uno de estos días debemos ir a visitar a Anne, hace tiempo no la veo.– se alejó llevando su plato vacío.

Seguí mi desayuno llena de caricias, dulces besos y charlas que hace tiempo no teníamos.
Lo deje un momento para ir al baño, en el trayecto pensaba las palabras correctas, tendría que ser hoy, no puedo esperar a que se note mi embarazo y ahí lo sepa. Al volver a la cocina estaba de espaldas a mi, lavando las cosas.. Suspire.

–Embry..– entre en la cocina intentando llamar su atención.

–¿Mhmm?– me miró sobre su hombro.

–Tengo.. Que decirte algo.– me acerque por detrás, abrazándolo por la espalda.

–¿Qu..–

Un aullido dejo sus palabras al aire..

–Lo siento nena, tengo que ir.– besó mis labios seguido de mi frente.

Se alejó dejandome sola. Otra vez, esto ya me estaba cansando.. Y no puede impedírselo, solo me eché a llorar en un rincón de la cocina, abrazando y acariciando al pelaje de mi compañero en estas situaciones. Esto no pasaba hace un tiempo, eramos unidos, ahora solo pasa todo el día fuera de casa y no llega hasta la noche.
Siento un terrible nudo en mi estómago, una presión en mi pecho que me hace respirar entrecortado, más una angustia invadir cada rincón de mi ser.

Me quité las lágrimas y trate de respirar bien, antes de levantarme e ir a abrir la puerta segundos después de que el timbre sonó. Jake estaba del otro lado.. Al abrir me miró con una sonrisita que poco a poco se fue desvaneciendo, me abracé a él con todas mis fuerzas.. No dijo nada, solo me envolvió con sus brazos y a pasos torpes entramos en la casa, me guió al sofá donde se sentó a mi lado sin dejar de abrazarme. Lloré en su hombro unos minutos, hasta que sentí que no podía más.

–Tranquila..– paso su mano por mi espalda.– ¿Qué te puso así, Ángel?– lo miré los ojos.

–Embry.. él-l..– solo no me salían las palabras.

Pero eso despertó una gran molestia en mi hermano, su rostro se tornó serio y asumí que lo había mal interpretado, su cuerpo se tensó y apretó los puños con fuerza.